sábado, 30 de octubre de 2010

EL FIN DE LOS DERECHOS LABORALES (Por Jorge Rendón Vásquez)


El profesor Emérito de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos repasa cómo en el Perú los trabajadores dejaron de gozar de beneficios que les otorgaba la ley, para ser sólo “máquinas” al servicio del empresariado.

Hacia el fin de la década del ochenta, los trabajadores peruanos gozaban de un conjunto de derechos sociales que les permitían un nivel de vida en ascenso, pese a los estragos de la astronómica inflación de ese quinquenio.

La marcha hacia esos derechos se había iniciado con la jornada de ocho horas, arrancada al gobierno oligárquico de José Pardo, en enero de 1919, con una histórica huelga. Desde entonces, la penosa y constante acción de los trabajadores, respondida por los empresarios y sus gobiernos con una sistemática persecución, la prisión, las torturas y, en no pocos casos, la muerte de los militantes sindicales, fue dejando como saldo nuevos derechos sociales.

Con el gobierno del general Juan Velasco Alvarado, el cuadro de derechos laborales, individuales, colectivos y de seguridad social, se amplió considerablemente, con lo cual los trabajadores incrementaron su poder de compra e impulsaron el crecimiento de la producción nacional.

La contraofensiva de los empresarios comenzó con el gobierno de Morales Bermúdez a partir de agosto de 1975, pero fue detenida con la Constitución de 1979.

Se reanudó en 1990 con el programa electoral del candidato a la Presidencia de la República Mario Vargas Llosa, en el que se proponía lisa y llanamente suprimir la mayor parte de derechos sociales, y someter la fuerza de trabajo a las reglas del mercado, aplicando las instrucciones del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial. Tratando de defenderse, los trabajadores votaron en la segunda vuelta por el candidato rival, Alberto Fujimori, quien, gracias a ellos, ganó. Pero Fujimori no cumplió su palabra y, por el contrario, aceptó el apoyo de los empresarios, que habían respaldado al ahora Premio Nobel, y su programa neoliberal y flexibilizador. Los dejó gobernar y los derechos sociales comenzaron a caer entre agosto de 1990 y diciembre de 1991, con el consentimiento casi unánime de los grupos parlamentarios. De ese período es el Decreto Legislativo 728 que reordena las normas relativas al contrato de trabajo a favor de los empresarios.

Pero, como la campaña antilaboral no era todo lo rápida que los empresarios exigían, Fujimori, impulsado por ellos y con la activa participación de la cúpula militar se aventuró a dar el golpe de estado de abril de 1992. Luego, los empresarios y sus testaferros ya en el control del Estado les sacaron a los trabajadores el resto de sus derechos sociales más importantes. Cayeron la estabilidad laboral, la libertad sindical, el derecho a la negociación colectiva por rama de actividad, la jornada de ocho horas y la semana de cuarenta y ocho, y el pago por horas extras, la participación patrimonial en la empresa; los poderes del empleador para extender la duración del trabajo, trasladar al trabajador, sacarle el descanso en domingo, y sancionar fueron ampliados; se generalizó el alquiler de trabajadores con los “services” y la tercerización, etc. etc.. Económicamente todo esto les sustraía a los trabajadores una parte de su poder de compra y lo transfería a los empresarios como ganancias. Las dictaduras se implantan para eso.

Luego de la fuga de Fujimori al Japón en noviembre del 2000, los dos gobiernos siguientes les señalaron a los dirigentes de las centrales sindicales “la concertación social” como el procedimiento para recuperar los derechos sociales perdidos. Ingenuamente esperanzados, los dirigentes sindicales fueron a sentarse en la mesa del Consejo Nacional de Trabajo. Ninguno quiso escuchar la voz del sentido común que les gritaba que los empresarios jamás consentirían perder allí lo que habían logrado imponer durante el gobierno de Fujimori. Seis años después, de esas conversaciones privadas salió un proyecto de Ley General del Trabajo con el festivo aplauso de los ministros y funcionarios de Trabajo. Todos ellos decían orgullosamente que se había logrado aprobar por consenso el 85% del articulado.

Recién en la Comisión de Trabajo del Congreso de la República, el dichoso Proyecto pudo ser conocido por quienes no habían participado en su redacción. Las cúpulas sindicales habían admitido por consenso casi todas las normas dadas por el gobierno y el parlamento de Fujimori.

La resistencia al Proyecto vino de un grupo de dirigentes sindicales y de algunos juristas empeñados en la defensa de los trabajadores. Parte de esta campaña fueron mis Observaciones puntuales a los artículos del Proyecto perjudiciales a los trabajadores, en un estudio de cuarenta páginas que no pudo ser refutado.

Era tan aberrante la convalidación de la legislación antilaboral de la década de Fujimori que contenía el Proyecto que numerosos congresistas se negaron a tramitarlo y quedó bloqueado entre la Comisión de Trabajo y el Pleno del Congreso desde 2007. Sin embargo, el peligro no estaba conjurado.

En agosto del presente año, el nuevo Presidente de la Comisión de Trabajo declaró que haría aprobar el Proyecto de Ley General del Trabajo y dispuso que sus asesores lo rescataran del archivo. Las cúpulas sindicales manifestaron su conformidad en una reunión llevada a cabo en el auditorio José Pardo y Aliaga, el 22 de octubre, ante un bullicioso grupo de trabajadores que esperan ser repuestos en los organismos del Estado y que desconocían para que los habían reunido. De nuevo se invitó a algunos abogados empresariales a la Comisión de Trabajo del Congreso y se evitó la presencia de los dirigentes sindicales y abogados laboralistas en desacuerdo con el Proyecto.

Aun cuando se ignore el significado de una ley general, cualquier persona puede advertir que, aprobado ese Proyecto por el Congreso, recuperar los derechos laborales arrebatados a los trabajadores con su articulado tomará de unos veinte a treinta años. Es también claro que la restitución de esos derechos debería haber comenzado hace mucho, con la modificación de cada ley que los elimina.

El Presidente de la Comisión de Trabajo del Congreso pertenece, al parecer, al Partido Nacionalista. ¿Es ésta la posición de este Partido, distinta de su Propuesta para las elecciones de 2011, publicada hace unos días, o ese representante actúa por cuenta propia movido desde las sombras por algún grupo?


Artículo publicado en el diario La Primera, sábado, 30 de octubre de 2010

lunes, 25 de octubre de 2010

LA UNIDAD POR EL MISMO CAMINO DE DERROTAS


La izquierda continúa viviendo de espaldas a ese gran universo de trabajadores y estudiantes jóvenes que no encuentran un lugar en sus filas ni se identifican con un mensaje que no los incluye. Como vemos en la foto del 2do. Encuentro (23/10/10) el público, en su amplia mayoría, está formado por personas sumamente mayores. La mesa directiva, igual. Esta imagen vale más que mil palabras. Hay una izquierda que sigue considerando la participación electoral como la forma principal de lucha, pero ni aún así, lo sabe hacer bien. Una izquierda que no se toma en serio la representación de todos los trabajadores, está suicidándose. Una izquierda que no se renueva, está destinada a extinguirse. Sólo para los ingenuos existe la esperanza. Y la fe en alianzas sin principios ya se está viendo defraudada en el caso de Susana Villarán, con el casi triunfo de Fuerza Social en Lima, pero con el viraje hacia propuestas de derecha y la exclusión de la izquierda.

LA VERDADERA SITUACIÓN DE LA CLASE TRABAJADORA

Hay en el Perú cuatro centrales reconocidas: Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), Confederación de Trabajadores del Perú (CTP), Central Autónoma de Trabajadores del Perú (CAT) y Central Unitaria de Trabajadores (CUT). Pero ninguna de ellas puede hoy autoproclamarse como defensora de los derechos de todos los trabajadores. Están estancadas e inmovilizadas por el triunfo del neoliberalismo y su estrategia de fragmentación de la clase trabajadora.

Durante los diez años de Fujimori, disminuyó en un 76,3 % la cantidad de convenios colectivos. Eso es ya un indicador suficiente que demuestra la inviabilidad del proceso bajo determinadas condiciones. Actualmente, apenas el 3 % de los trabajadores asalariados están afiliados a un sindicato, cuando en 2001 era el 5,2 % y en 1998, el 7,7 %, según registra el Ministerio de Trabajo. La OIT estima que el 8 % de la población económicamente activa (PEA) está sindicalizada. Lo que quiere decir es que el 92% no pertenece a un gremio laboral.

Lejos estamos de las condiciones existentes en el Paro Nacional del 19 de julio de 1977, cuando el 30% de la Población Económicamente Activa (PEA) estaba integrada en sindicatos, y la máxima organización laboral (CGTP) controlaba el 80% de estas agrupaciones.

En las dos últimas décadas, se generalizó la tercerización. Es decir, la subcontratación mediante un tercero, que lo hacen empresarios nacionales y grandes empresas transnacionales. Así el empleo es temporal, mas nunca lo será seguro, constante, en planillas, etc. Bajo la dictadura de Fujimori y Montesinos se crearon más de veinte formas de contratación que permiten al empleador eludir sus obligaciones hacia sus trabajadores, como aportes para la jubilación, seguridad social, vacaciones y licencias de maternidad. Con estas fórmulas se eluden también la jornada de ocho horas, seguro contra accidentes de trabajo, derecho de sepelio y el descanso dominical.

Tras diez años desde que el dictador Alberto Fujimori fue derrocado por la insurgencia popular, la herencia que dejó, en la misma línea neoliberal que precariza los derechos de la clase obrera, ha sido continuada por los tres últimos gobiernos “democráticos”. La tan cacareada “reactivación económica de Perú” y el fomento a la inversión extranjera no se basan exclusivamente en la disminución de tasas arancelarias o en la desaparición del Estado de la economía, sino en la volatilización de los derechos laborales.

Pues bien, la inmensa mayoría de población laboral bajo contratos de tercerización, está compuesta por jóvenes de menos de 25 años. Lo que constatamos en diversos centros de trabajo donde todavía hay presencia de sindicatos, es que los trabajadores sindicalizados (que son minoría) se muestran indiferentes ante el drama pavoroso de los contratados. Allí no existe solidaridad de clase, sino discriminación.

LA JUVENTUD INVISIBLE ANTE LA TÁCTICA ELECTORAL DE LA IZQUIERDA

Según cifras de la ONPE, la población electoral joven suma 5’437,419 (menores de 29 años) que es un 28% de la población electoral nacional. Según el INEI y la Organización Internacional de Trabajo (OIT), hay cuatro millones 723 mil jóvenes menores de 29 años en la población económicamente activa (PEA), aproximadamente un 31% de la fuerza laboral del Perú.

Sólo en Lima Metropolitana la tasa de desempleo en jóvenes de 15 a 24 años fue de 16,8%. Y hay jóvenes que optan por crear sus propios puestos de trabajo. Cada vez son más los que, desde los 20 años, emprenden sus proyectos.
“En el Perú la población juvenil está definida como aquellas personas entre los 15 y 29 años, conforme a la ley Nº 27802 del Consejo Nacional de la Juventud (CONAJU)”. Pues bien, en nuestro país la juventud representa el 28.5 % (7'442,641 de jóvenes) de la población nacional, según el censo realizado por el INEI en el 2005. De acuerdo con la OIT, durante el 2009, la mayor proporción de personas desempleadas está conformada por jóvenes. Y como reconoce el JNE, más de seis millones de jóvenes a nivel nacional ejercerán su derecho a voto en las próximas elecciones del 2011.

Así los jóvenes trabajadores se encuentran ante una orfandad de representación política. Sus líderes, cuando surgen, tienen los días contados para su expulsión. Desvinculados de sus centros laborales, tampoco hay un partido que los incorpore a la actividad política. Y si van en busca de los partidos “realmente existentes” no encuentran lugar dónde desarrollar esa actividad.

EL CASO EJEMPLAR DE CONSTRUCCIÓN CIVIL

El gremio de Construcción Civil, dirigido por Mario Huamán, dice representar a 110 mil obreros. Hay ciertamente un aumento de la plana laboral en éste sector, pues la industria construcción cobró auge bajo el gobierno de Alejandro Toledo (2001-2006) quien por medio del programa "Mi Vivienda" impulsó la edificación masiva de departamentos y casas en Lima y provincias. Según cifras oficiales, el sector duplicó su dinámica en el actual gobierno aprista, que sumó a "Mi Vivienda" otros programas, con la construcción, entre agosto de 2006 y diciembre de 2009, de unas 112,744 casas y departamentos. . El crecimiento del sector fue reforzado con obras de infraestructura deportiva, hospitalaria y vial en Lima y Callao.

Pero las mafias de delincuentes comunes dirigidos desde los centros penitenciarios, amenazan de muerte a los empresarios para exigir el pago del 2 por ciento del costo de la obra, lo que significaría entre 20 mil y 200 mil dólares. Otra exigencia es el pago de bonos especiales de “paz laboral” o la contratación obligatoria de “trabajadores fantasmas”, quienes que no asisten a laborar, pero cobran un promedio de 550 dólares mensuales. Los obreros también son extorsionados por el pago obligatorio semanal de 12 dólares; y quien se niega a cumplir con el “impuesto”, es asesinado. En los últimos seis meses del 2009, se calcula que las mafias cobraron a empresarios y trabajadores un millón 400 mil dólares.

Lo que nos quiere decir esta realidad, es que una parte considerable de jóvenes obreros de la construcción está a merced de las mafias y que el sindicato no es un referente válido. También nos dice algo más: que si el secretario general Mario Huamán quisiera proponerse a representar a su sector en la escena electoral, tendría serias dificultades. Esta crisis de representatividad electoral se multiplica en otros sectores laborales, como el SUTEP, que se calculan sus agremiados en número de 80 mil; la Federación Nacional de Trabajadores Textiles del Perú con 4.000, el Sindicato de Docentes en Educación Superior del Perú (Sidesp) con 1.680 afiliados y el Sindicato de Trabajadores de Telefónica con 1.500, etc. Se demuestra, hasta en las marchas, que no están allí todos los que deberían estar y que un gran porcentaje de la PEA, especialmente los más jóvenes, padecen del síndrome de la despolitización. Queda demostrado: el liderazgo gremial no garantiza el éxito electoral.

LA IZQUIERDA BUSCA LA UNIDAD…SÓLO CUANDO HAY ELECCIONES…

Los partidos de la izquierda tradicional han tenido el tiempo necesario y suficiente para establecer fórmulas de unidad. La votación masiva por Ollanta Humala, el 2006, les dio una señal de alerta, pues fue la expresión de sectores de votantes que buscaban una candidatura única contra el neoliberalismo. Desde el 2006 hasta hoy, Ollanta ha evidenciado sus máximas debilidades políticas hasta el grado de no diferenciarse de la derecha en múltiples aspectos. Pero, incluso con las limitaciones de un incompetente en oratoria, ideología y polémica, fue un rostro nuevo, una figura joven, frente a los reciclados rostros de “los mismos de siempre”. Y veamos los resultados en primera vuelta:

Javier Díez-Canseco - Partido Socialista del Perú: 0.417 % (60.955 votos)
Alberto Moreno - Movimiento Nueva Izquierda: 0.232 % (33.918 votos)
Susana Villarán - Concertación Descentralista: 0.520 % (76.106 votos)
Ollanta Humala - Unión por el Perú: 25.685 % (3'758.258 votos)

¿Es posible, entonces, que la izquierda persista en la precipitada improvisación pre-electoral y en la perennización de la gerontocracia al mando? Hay un trillado camino de derrotas que otra vez se pretende reeditar por necios contumaces, sin la menor autocrítica ni enmiendas. Ahora, a puertas del 2011, apresuramos el paso y queremos parchar los enormes forados de nuestro accionar, los grandes agujeros negros donde la izquierda no ha querido hacerse presente. ¿Qué pasará?... Es previsible: ni con la más amplia unidad tenemos posibilidades de saltar la valla para ser gobierno, porque no se sembró antes aquello que ahora queremos cosechar. Nunca es tarde para cambiar, dicen los sabios, aunque sea para que el 2011 hagamos algo decoroso y que sirva para el 2016, ya cuando los viejos saurios de las burocracias vitalicias sean relevados por una nueva generación dispuesta a reconstruir organizaciones y recuperar el espacio perdido desde los 80’.

sábado, 16 de octubre de 2010

Por la boca muere el pez: Vargas Llosa se reconoce como "escritor comprometido"... CON LA DERECHA

Diario Perú 21 | Jue. 14 OCT '10
Vargas Llosa: "No creí que pudieran darle el Nobel a un liberal"

Mario Vargas Llosa reconoce que es un escritor comprometido, pero asegura que la literatura no debe estar encuadrada por la política, debido a que la propagada y a la creatividad no tienen una buena relación. El Nobel de Literatura 2010 habló con el diario francés Le Monde sobre la sorpresa que le causó obtener el galardón.

“Estaba convencido de que un escritor que se declaraba liberal no tenía ninguna oportunidad de recibir el Nobel. Por esa razón pensaba que nunca lo recibiría, que yo era demasiado controvertido”, destacó el novelista peruano, quien en noviembre publicará El sueño del celta, su último trabajo literario.

El autor de La ciudad y los perros dijo esperar que la obtención de premio tenga eco en la política de América del Sur. “Es por lo que milito y lucho desde hace décadas en mis artículos de prensa cada quince días. Siempre he combatido el autoritarismo, de izquierdas y de derechas”, destacó MVLL.

El reconocido escritor, sexto Nobel de Latinoamérica, aseguró que pese a que aún hay “enormes problemas”, nuestro continente está “bien orientado”. “Solo queda una dictadura -Cuba- y solamente algunas ‘semi dictaduras’ como la Venezuela de (Hugo) Chávez o Nicaragua”, añadió.

viernes, 15 de octubre de 2010

APARECIÓ RECIENTE NÚMERO DE "INSURGENCIA POPULAR" (octubre-noviembre)



Compañeros, amigos y colegas:
El nuevo número de Insurgencia Popular, órgano del Movimiento de Liberación 19 de Julio (ML-19), correspondiente a octubre-noviembre, apareció el día de la Marcha por el Gas del 12 de octubre. En este evento se ha vendido más de la mitad de ejemplares, así que hay que apurarse.
Lo estaremos vendiendo en las siguientes marchas, mítines y eventos de masas, pero si hay pedidos, escribirnos por este medio.

LEA Y DIFUNDA INSURGENCIA POPULAR
PRENSA CLASISTA Y COMBATIVA

jueves, 14 de octubre de 2010

LA FIESTA DEL NOBEL Y EL INTELECTUAL CAMALEÓNICO


El intelectual camaleónico es una especie que abunda en el desigual y combinado mundo literario peruano. Podemos trazar un paralelo con la fatal herencia de las castas entreguistas y colaboracionistas que se aliaron al conquistador español con tal de conservar sus privilegios. Desde Felipillo hasta Pumacahua, la condición de supervivencia era demostrar lealtad al opresor. No en vano Túpac Amaru II tuvo que batallar contra ejércitos indígenas y curacas “de pura sangre” que lo acusaban por ser mestizo y haber conspirado contra el Rey.

También existieron criollos que bajo la invasión chilena se pusieron del lado de la "paz sin condiciones", con tal que la guerra de resistencia no comprometiera sus intereses. La doble faz, el doble discurso, fueron extraños símiles de cordura y ponderación, frente a los desvaríos de exaltados y radicales maximalistas. Quien optaba por sobrevivir de rodillas era considerado "más inteligente" que aquel que prefería morir de pie. Esa dicotomía recurrente en nuestras guerras, también se manifiesta en la batalla de ideas y en el farragoso terreno de la producción intelectual.

Mario Vargas Llosa ha ganado recientemente el Premio Nobel de Literatura y no podemos negarle el derecho a la alegría a quienes siempre comulgaron con sus ideas. Los reaccionarios, los neoliberales, los capitalistas y sus acólitos de todas clases, tienen porqué vitorearlo. También hombres y mujeres de buena fe que no están en la obligación de abrazar la causa socialista y sólo obedecen a su gusto literario. Lo sorprendente es que aquellos que hasta hace poco decían combatirlo, ahora hacen un ominoso paréntesis en sus críticas para reconocer "honestamente" el triunfo de un intelectual orgánico del capitalismo salvaje. Esta actitud camaleónica nada tiene de consecuente y mucho de interesada.

ANÉCDOTAS A PESAR DE LOS PROTAGONISTAS

Llego a un punto en que las anécdotas personales sirven de ilustración. Perdónenme los enemigos de autos confesionales, pero incluso los más pequeños e insignificantes, tenemos algo qué contar.

Recuerdo una tarde en La Habana, 1992, cuando compartíamos la mesa del Hotel Presidente, en El Vedado, con el español vallejiano, Julio Vélez. Además de Julio, estaba allí un connotado compatriota y hombre de letras. La conversación derivó al tema del V° Centenario del descubrimiento de América, llamado eufemísticamente "encuentro de dos culturas". Y dije: ¿cuál encuentro?... ¡Encontronazo!... ¿Qué tenemos que celebrar?

Julio Vélez perdió la compostura y sus aires de “progresista amigo de Cuba”. Argumentó que los imperios prehispánicos habían sido tanto o más asesinos que los conquistadores españoles. Bajo tal supuesto, la conquista no fue el inicio de una larga opresión, sino una liberación de la barbarie y una empresa civilizadora. Mi paisano y gran poeta de “izquierda moderada”, manifestó su concordancia con Vélez. Fue incluso más convincente en su justificación del genocidio hispano. Terminaron hermanados y yo, como simple testigo de una conciliación prostibularia. Pocos años después, este dilecto poeta de “izquierda responsable”, derivó en funcionario de la dictadura fujimontesinista.

El 2008 vino por estas tierras Roland Forgues. Se presentó en auditorios y absolvió entrevistas para demostrar que José Carlos Mariátegui fue “trotskista”. Sus entrevistadores celebraban la ocurrencia, como sus anfitriones académicos. Me propuse darle caza y aclarar el error. Conseguí localizarlo en el bar-café miraflorino “Haití”. Estaba allí sentado, más gordo que la vez anterior, acompañado de un conocido amigo narrador. Abordé la mesa, me senté sin ser invitado e inicié la polémica. Los aires de autosuficiencia de Forgues eran insoportables: decía que él sí había leído a Mariátegui, como nadie lo había hecho hasta entonces y que muy poca gente estaría en capacidad de refutarlo. La verdad es que Forgues no tenía solvencia intelectual para interpretar a Mariátegui, como se lo dije; su lectura era epidérmica, pero mi paisano narrador lo apoyaba dándole extrema credibilidad. El extranjero siempre tiene la razón. Saqué de mi alforja “Figuras y aspectos de la vida mundial”, donde el Amauta afirma: “ el trotskismo sabe de un radicalismo teórico que no logra condensarse en fórmulas concretas y precisas, En este terreno, Stalin y la mayoría, junto con la responsabilidad de la administración, poseen un sentido más real de las posibilidades”. Con tres o cuatro citas más, quedó destruido el dislate. Forgues se descompuso y mi colega peruano guardó pudoroso silencio. Forgues se golpeaba el pecho con la palma de la mano diciendo: “yo sí entiendo a Mariátegui, a mí nadie me discute sobre Mariátegui”.

-Roland, ¿quién eres tú para enseñarnos a los peruanos cómo leer a Mariátegui?-. le pregunté.

Pero él ya estaba sacando un grueso fajo de billetes para pagar las cervezas de los tres. Y me opuse: “Roland, mi cerveza, me la pago yo. Guarda tu dinero”.

Cuando nos despedimos, Forgues estaba contrariado y mi colega limeño, muy nervioso, dubitaba entre lo correcto y lo oportuno. Esfumándose la robusta silueta de Forgues, nuestro buen narrador me dijo en tono confidencial: “Bien hecho que no le hayas permitido pagar tus tragos; le diste una lección”.

No hay espacio para más anécdotas. Lo concreto es que muchos de nuestros intelectuales consagrados están dispuestos a darle la razón a quien no la tiene, incluso contra sus propias y más públicas convicciones, con tal de quedar bien y ganarse los beneficios de sus disidencias: viajes, invitaciones, conferencias, estadías, antologías, publicaciones, todo pagado con la gentileza de quienes adulan en forma contra natura. El oportunismo es su divisa.

Me viene a la mente la “tesis” de un connotado y brillante escritor, que se precia de “comunista” y hasta de “maoísta”, cuando defendió ante un discreto auditorio su amistad con el historiador Pablo Macera, antes izquierdista y después funcionario incondicional de la dictadura de Fujimori. “Oiga maestro, -le dije- mientras estábamos muchos de nosotros en la cárcel o en el destierro, su amigo legitimaba a la dictadura y viajaba con el tirano en el avión presidencial”. Respondió: “Tú no sabes lo que es tener más de setenta años y vivir en la pobreza”. Le contesté con un verso de Benedetti: “una cosa es morirse de dolor y otra es morirse de vergüenza”. Y no diré más…

Ahora, frente al Premio Nobel de MVLL, la actitud en varios radicales de ayer y centrados razonables de hoy, no es distinta. A Vargas Llosa no le gustan estas actitudes de doble faz y las ha denunciado en varios escritos, por ejemplo con el amargado juicio que hace a Antonio Cornejo Polar y a Julio Ramón Ribeyro, en “El pez en el agua”. Con una mano, dizque lo negaban. Con otra, dizque lo adulaban o se justificaban “por las circunstancias”. No le otorgo el privilegio de la certeza ni considero neutra la voluntad testimonial de MVLL, porque admiro a Cornejo Polar y con mayor motivo a Ribeyro, pero quiero dejar en claro la posición del autor de “Historia de Mayta”.

EL ESCRITOR ES INDIVISIBLE

A Vargas Llosa no le gusta que dividan su labor de creador y su pensamiento político. Eso mismo ha exigido su hijo Álvaro ante la prensa: la indivisibilidad del sujeto que hace literatura con sus convicciones ideológicas. Mariátegui, decía: “El espíritu del hombre es indivisible; y no me duelo de esta fatalidad, sino, por el contrario, la reconozco como una necesidad de plenitud y de coherencia. Declaro sin escrúpulo que traigo a la exégesis literaria todas mis pasiones e ideas políticas” (7E). Esta cita coincide maravillosamente con la teoría de los demonios del escritor, de Mario Vargas Llosa.

Pero los camaleónicos reiteran que una cosa es el brillante escritor de novelas y otra es el político derechista. Ésta es una pose insostenible. Poetas y escritores “progresistas”, cortesanos de la embajada de Cuba y amigos de la Casa de las Américas, pasan por alto los ataques de Vargas Llosa a Cuba, a la Nicaragua de Ortega, a la Venezuela bolivariana de Chávez y a la Bolivia de Evo Morales, sabiendo mejor que nadie, que los contenidos de sus novelas –en su segunda etapa- tienen ése mismo objetivo antiprogresista, anti izquierdista, anti indigenista, etc.

Álvaro Vargas Llosa, en la misma línea de su padre, no dudó en insultarlos con “El perfecto idiota latinoamericano”. Considero injusta esta obra de Álvaro, hecha a seis manos con Plinio Apuleyo Mendoza y el militante anticastrista Alberto Montaner (CIA). ¿Por qué no fue contestada por quienes tenían esa obligación desde la misma generación que participó en la batalla de ideas de la guerra fría?... La respuesta antelada está en “El pez en el agua” de Mario padre. Buscad y encontraréis.

Otra especie malsana flota en el aire: todo aquel que se atreva a cuestionar al laureado escritor, es tildado, desde hace tres décadas, como “envidioso”. Dice MVLL que el Perú es un país en donde el éxito no se perdona. Y no le falta razón, pero no todos los que cuestionan al novelista están contaminados por el pecado capital de la envidia. Hay quienes tienen convicciones firmes; son pocos, pero son; no importa si les cuesta el ostracismo intelectual o el desempleo. El deslinde en materia política tiene que ser objetivo para ser valedero. Pero con mano firme, sin temor a ser estigmatizado con un epíteto que ya es vulgar lugar común.

La última respuesta, aquella que MVLL deja traslucir entre líneas, es que algunos intelectuales “progresistas” no pueden perderse la oportunidad de compartir, mínimamente, el éxito del supuesto enemigo. ¿Cuán sinceros son estos “honestos” reconocimientos?

Vargas Llosa es un intelectual orgánico de su causa política. Parafraseando a contrario sensu a Vallejo: milita y escribe simultáneamente. Pero si el intelectual revolucionario, según Vallejo, es aquel que escribe y milita simultáneamente (Ver: “El arte y la revolución”) el escritor izquierdista tiene que deslindar de manera clara con la otra orilla. Las concesiones indecorosas con quien lidera mundialmente la internacional reaccionaria del pensamiento, hay que llamarla por su nombre: política del camaleón quien no quiere perderse las delicias de la fiesta ni quedar mal ante tanta gente que festeja el triunfo.

Como bien dijo Manuel Gonzáles Prada: rompamos el pacto infame de hablar a media voz.

viernes, 8 de octubre de 2010

LA FIESTA DEL CHIVO Y EL PREMIO NOBEL


Mario Vargas Llosa ha ganado el Premio Nobel de Literatura después de postular a él por más de 30 años. Durante tres décadas los medios de la derecha llenaron cuartillas quejándose porque le denegaban este galardón por razones ideológicas. Hubo incluso quienes decían que la academia sueca sólo premiaba a los “escritores rojos”. Hoy la algarabía desatada por entusiastas ingenuos puedo interpretarla como un mecanismo de compensación en la conciencia colectiva de un país que no clasifica ni para el Mundial de fútbol y hasta le roban las elecciones. Una mayoría ciertamente desmemoriada y con ganas de celebrar algo, aunque sea irreflexivamente.

El Premio Nobel no es solo un premio a las virtudes literarias. Se trata de premiar con él al escritor que ha contribuido mediante una obra monumental y de excelente calidad, al desarrollo de la conciencia humana. Está entonces de por medio no sólo la calidad literaria, sino también la significación de la obra. El qué se dice es más importante del cómo se dice. Por lo tanto, el Nobel no es una glorificación del significante, sino del significado.

Considero que Vargas Llosa debió ganar el Nobel en 1971. Había conseguido su máximo nivel de producción y contribuido a un cambio decisivo en la literatura latinoamericana. Era el escritor crítico del poder que además revolucionaba la estructura narrativa, llevando a sus máximos niveles la incorporación de técnicas literarias antes desconocidas en nuestra tradición novelística. Ésa fue su primera y brillante etapa.

Escribió el libro de cuentos “Los jefes” en 1959 ganando el Premio Leopoldo Alas y le permitió viajar a Europa por primera vez. Su novela “La ciudad y los perros” obtuvo el Premio Biblioteca Breve en 1962, el Premio Internacional de la Crítica en 1963 y fue traducida a más de veinte lenguas. En 1966 aparece su segunda novela “La casa verde” que obtuvo el Premio Nacional de la Crítica en 1966 y el Premio Rómulo Gallegos en 1967. Ese mismo año publica la noveleta “Los cachorros” y en 1969 aparece su novela de máximo rigor literario “Conversación en la catedral”. En 1971 publica un estudio sobre la obra de su colega y amigo de entonces “Gabriel García Márquez: historia de un deicidio”.

Desde 1967 sus relaciones con la revolución cubana entran en crisis y sus convicciones ideológicas, también. Ese mismo año, Aideé Santamaría, fundadora de Casa de las Américas, le solicitó a Vargas Llosa la donación del dinero del premio Rómulo Gallegos a la causa de Ernesto Che Guevara, quien ya estaba luchando en Bolivia. El hasta entonces camarada y hermano de la Cuba revolucionaria, se niega a hacerlo, a pesar de que Aideé le promete la devolución del importe con tal de que su gesto enaltezca la campaña guerrillera del Che. La ruptura entre el autor y Casa de las Américas completaría un extenso dossier de cartas y artículos que van señalando su personal y subjetivo proceso de renuncia al socialismo. Este proceso se da por etapas y culmina en 1971, cuando después de haber publicado el mejor análisis de la obra de García Márquez, termina liándose a golpes con el autor de “Cien años de soledad”. La sanción también fue subjetiva: Vargas Llosa le quitó a las editoriales el derecho de seguir publicando “Historia de un deicidio”, veto que él mismo ha levantado recientemente en el 2008.

La segunda etapa fue de involución. Hay una merma en sus virtudes literarias que se nota en la producción de novelas carentes de significación. Los temas trascendentales cedieron el paso a la banalidad al mismo tiempo en que Vargas Llosa manifestaba su ajenidad con las reivindicaciones sociales de los olvidados y olvidaba su vocación crítica frente a los dueños del poder.

CUANDO LO BANAL SE CONVIERTE EN MERCANCÍA

El ciclo de la banalidad empieza con “Pantaleón y las visitadoras” (1973); “La tía Julia y el escribidor” (1977), las piezas teatrales “La señorita de Tacna” (1981) y “Kathie y el hipopótamo” (1983). “Pantaleón” es una novela intrascendente por su temática, hecha para el solaz de señoras de clase media alta que querían leer historias de putas. “La tía Julia” tiene méritos estructurales que son dignos de encomio, a no dudarlo, pero se empantana en la anécdota periodística vivencial y en el amor defraudado a su tía y ex esposa. Las dos obras teatrales nombradas, son brutales naufragios.

Continúa este ciclo con “La guerra del fin del mundo” (1981) echando mano inescrupulosamente a las obras de Joao Guimaraes Rosas y Euclides Da Cunha, razón por la cual no fue bien recibida por los brasileños. “Historia de Mayta” es una pésima novela donde busca retratar el fenómeno subversivo mediante una interpretación ajena a la realidad peruana. Se buscaba una gran novela sobre la subversión, muerto quien la prometía: Manuel Scorza (accidente aéreo de Barajas, 1983). Así lo dice Miguel Gutiérrez: “Historia de Mayta pudo ser esa novela si su autor hubiese podido dominar los demonios de rencor que lo impulsaron a escribirla”.

Luego prosigue con “El hablador” (1987), novela prometedora hasta que el lector se tropieza con la confesión vivencial extraliteraria de su autor. Y vendrá un fiasco brutal: “Elogio de la madrastra” (1988). “Lituma en los Andes” (1994) sólo es una descarga de sus demonios de rencor contra el pueblo peruano. Cuando escribe “La fiesta del chivo” (2000), novela antidictatorial sobre el periodo del dictador Trujillo, en República Dominicana, difícilmente era concebible en un país donde la novela sobre el trujillismo había sido el objeto literario de más de 30 autores. Acoto lo siguiente: jamás la hubiera hecho sobre Somoza en Nicaragua o sobre Pinochet en Chile.

EL NUEVO RAVINES Y SUS DEMONIOS DE RENCOR

Fue un periodista anticomunista mordaz e incisivo, superando con creces a Eudocio Ravines. Elogió el milagro económico de Pinochet, no escatimó reconocimientos a la dictadura de Videla en Argentina y se puso al servicio del segundo belaundismo en el Perú, presidiendo la Comisión Investigadora del caso Uchuraccay que absolvió de culpas a los militares que ordenaron la masacre de ocho periodistas en esa comunidad ayacuchana. El estado israelí pagó sus simpatías con el sionismo otorgándole el Premio Jerusalen. Regresó al Perú para capitanear la campaña derechista contra la estatización de la banca en 1988, la misma que fue antesala de su campaña electoral para la presidencia en 1990. El voto popular buscó un candidato alternativo y creyó encontrarlo en un ingeniero nisei, Alberto Fujimori, que prometía no aplicar el shock económico, al cual Vargas Llosa era adicto. De modo que el voto por Fujimori no fue más que un voto contra la plutocracia, que al ganarle la plaza generó una reacción infantil en el perdedor: demolió su residencia de Barranco y optó por la ciudadanía española, diciendo que el error de nuestras naciones fue haberse independizado de España.

Aclaramos que la pataleta era sólo una simbólica ruptura: La nacionalidad española no es excluyente de la nacionalidad peruana. Se puede tener ambas. Pero en el contexto, tenía otro significado. Ése significado puede verse con mayor claridad en sus obras siguientes: “El pez en el agua” (1993) y “Lituma en los Andes” (1994). En la primera hace una descalificación del Perú a partir de su frustración electoral, empezando por un parricidio contra su padre biológico: “…la verdadera razón del fracaso matrimonial no fueron los celos ni el mal carácter de mi padre, sino la enfermedad nacional por antonomasia, aquella que infesta todos los estratos y familias del país y en todos deja un relente que envenena la vida de los peruanos: el resentimiento y los complejos sociales”. El problema racial en el Perú era la causa de su derrota electoral. Y ya lo venía anticipando en la primera página de su novela “El hablador” (1988): “Vine a Firenze para olvidarme por un tiempo del Perú y de los peruanos y he aquí que el malhadado país me salió al encuentro esta mañana de la manera más inesperada”.

Convertido en intelectual orgánico del neoliberalismo, seguía postulando al Nobel, pero nunca antes estuvo tan lejos de ganarlo por las razones explicadas.

PARRICIDIO Y SEPULTURA INCONCLUSA DE LA NARRATIVA ANDINA

En Madrid, 2005, estalló una polémica entre escritores peruanos que prosiguió en los medios de prensa locales. Vargas Llosa inauguró el encuentro de escritores de Madrid celebrando que por fin la literatura peruana estaba libre de condicionamientos indigenistas, neoindigenistas y reivindicaciones sociales. No sabía que el 60% de escritores invitados eran andinos. Un optimista redactor de Caretas dijo: “antes los escritores eran hijos de José María Arguedas, pero ahora todos somos hijos de Vargas Llosa”. Por supuesto, le salimos al frente.

Vargas Llosa dice en “Historia de un deicidio” y lo reitera en “El pez en el agua”, que el joven escritor necesita surgir a través de un parricidio, del asesinato del padre literario de la generación anterior. Esta intención, que no es patrimonio de todos los escritores, se revela en su descalificación constante de la vida y obra de José María Arguedas. El 24 de agosto de 1977 asume como miembro de la Academia Peruana de la Lengua y su discurso fue: “José María Arguedas, entre sapos y halcones”. Por más elogiosa que fuese la forma, el contenido apunta a un solo fin: Arguedas ficcionalizó una sierra que no existe. La mentira se convirtió en realidad gracias a la literatura. Esta descalificación coincide con el juicio que un grupo de intelectuales hizo a Arguedas en su último año de vida. El autor de “Todas las sangres” escribió dos documentos a favor de su verosimilitud: “¿He vivido en vano?” y “No soy un aculturado”.

Ya en “El pez en el agua”, p. 345, Vargas Llosa hace la descarga completa: “Desde entonces odio la palabra “telúrica”, blandida por muchos escritores y críticos de la época como máxima virtud literaria y obligación de todo escritor peruano. Ser telúrico quería decir escribir una literatura con raíces en la tierra, en el paisaje natural y costumbrista y preferentemente andino, y denunciar al gamonalismo y feudalismo de la sierra, la selva o la costa, con truculentas anécdotas de “mistis” (blancos) que estrupaban campesinas, autoridades borrachas que robaban y curas fanáticos que predicaban resignación a los indios.” (…) “La palabra telúrica llegó a ser para mí el emblema del provincialismo y el subdesarrollo en el campo de la literatura…” (…) “…ese desprecio folklórico por la forma…”.

En “La utopía arcaica, José María Arguedas y las ficciones del indigenismo” (1996), desde el rótulo manifiesta la intención del sepulturero que evidenció en su discurso de Madrid, 2005. El presente artículo no pretende un extenso análisis de dicha obra crítica. Sólo nos basta una cita: “Lo cual no significa que los escritores peruanos dejen de escribir sobre temas andinos o que desaparezcan los indios en la literatura peruana. (…) Las excepciones -las hay- son de escasa significación literaria y, hasta ahora al menos, están allí sólo para confirmar la regla”. (p.175)

En un contexto histórico de grandes enfrentamientos entre comunidades campesinas y empresas mineras, con el saldo mortal de Bagua, que incluye a las naciones amazónicas, sigue produciéndose aquella literatura que pretende sepultar Vargas Llosa. Y no es “de escasa significación literaria”. Para no enumerar una larga lista de escritores, que no son “excepciones”, reduzco el comentario a la exitosa carrera narrativa de Sócrates Zuzunaga Huaita, ayacuchano, quechua hablante, ganador del concurso COPE de novela y antes ganador del Premio de Novela Quechua, de la UNFV. Digo bien: entre otros…

UNA LÁPIDA ELEGANTE Y UNA ENORME FOSA COMÚN

“La utopía arcaica” es una lápida elegante para sepultar a José María Arguedas, reconociéndole méritos y elogiando virtudes, pero sentenciando su validez y verosimilitud como testimonio de las luchas de “los de abajo”. Los encomios sólo pueden sorprender a incautos, mas no a quienes leen este ensayo atendiendo a su verdadero objetivo.

La novela del desquite por el fracaso electoral de 1990, fue “Lituma en los Andes” (1994). Si de algo culpó Vargas a la literatura indigenista o telúrica, fue de haber impuesto una ficción que no se correspondía con la realidad. Pero él mismo lleva este defecto a sus máximos desvaríos en “Lituma”. El poblador andino es representado en una barbarie lombrosiana indemostrable por la más burda constatación. No ficcionaliza literariamente sobre el mundo de los pobres, sino que lo caricaturiza. Desconoce incluso detalles elementales de las manifestaciones culturales del mundo andino, pero le inventa horrores que no tiene. Esta novela, escrita con todos los demonios de rencor que señalaba Miguel Gutiérrez al valorar “Historia de Mayta” (1985), es una gigantesca fosa común en la cual pretende sepultar vivos a los “incivilizados” que no le otorgaron el voto en 1990.

Las reales fosas comunes donde fueron sepultados cientos de comuneros andinos durante la sangrienta campaña antisubversiva (1980-2000), no figuran en su narrativa. Como dijo el actual mandatario peruano, son ciudadanos de tercera categoría. Entendemos su preocupación por el Museo de la Memoria y su renuncia, para que luego caiga en manos de uno de sus más entusiastas seguidores, como un tributo a su tercera etapa: la del que quiere ganar el Premio Nobel en el invierno de su existencia. En función de ese objetivo interpretamos su reformulación del problema palestino y sus tardías críticas al genocidio sionista. Al Nobel no se podía llegar sin enmendar ese curriculum que lo distanciaba de la defensa de los derechos humanos y lo aproximaba expresamente a las dictaduras de derecha y a las seudo democracias bajo las cuales se siguen perpetrando crímenes de lesa humanidad.

En ese sentido, ésta es una ópera bufa. Durante 30 años de postularse al Nobel y no conseguirlo, las instituciones conservadoras y la prensa de derecha intentaron compensarlo con premios y galardones para sostener en alto el prestigio de un vocero connotado del gran capital y las transnacionales. Ahora consigue el máximo galardón, justamente cuando no lo necesita. Así como Andrés Avelino Cáceres debió haber muerto en la Campaña de la Breña, para no ser recordado por el pésimo gobierno que hizo, Mario Vargas Llosa debió haber ganado el Nobel en 1971, en el esplendor de su carrera literaria, no en su decadencia.

viernes, 20 de agosto de 2010

Lori Berenson y la justicia aprista


Nuevamente los guardianes de la ley y el orden se ceban en el dolor humano, auxiliados por sus solícitos epígonos de la prensa. Querían montar un espectáculo para las tribunas; querían demostrar el sacrosanto principio de autoridad; querían satisfacer la sed de venganza de algunos. Pero lo que hicieron fue el más grande papelón ante la prensa internacional, dejando por los suelos el prestigio del “estado de derecho” en el Perú. Lori Berenson vuelve a la cárcel por un tecnicismo legal, totalmente ridículo, como es la consignación del domicilio, ese que todos conocían y que hizo noticia cuando los “buenos vecinos” de Miraflores rechazaban su presencia.

No se trata de desgarrarnos las vestiduras por una norteamericana vinculada al terrorismo. No se trata de una queja lastimera por alguien que se supone culpable y que la blandura de los tribunales dejó en libertad. Se trata del irrespeto por las decisiones judiciales, resultado del debido proceso. Hemos visto atónitos cómo se revoca una orden de semilibertad para beneplácito de los sectores más reaccionarios y retrógrados del Poder Ejecutivo. Se trata de la escasa o nula independencia del Poder Judicial.

Pero además de violar las garantías de la cosa juzgada, se ensañan con la sentenciada y con su hijo. Los medios de prensa han heredado del periodo fujimontesinista una forma de actuar como si el linchamiento periodístico fuese una herramienta más al servicio de la autoridad represiva del Estado. Ese cargamontón propio de escuadrones de camisas negras que cercan al entrevistado para cortarle el paso, hacerlo tropezar, desesperarlo y acosarlo sin ninguna consideración, pretende ser la expresión del rechazo de los “buenos ciudadanos” a todo aquel que consideran peligroso para el sistema democrático.

Lo vimos hace poco cuando Pizango retornó al Perú. Lo vimos cuando Ollanta Humala trataba de llegar al lugar de polémica con Alan García, el 2006. Lo vimos y sufrimos también cuando al término del megajuicio contra el MRTA, afuera de la Base Naval del Callao, los reporteros se abalanzaban sobre los familiares, cegándolos con los reflectores, metiéndoles las cámaras y grabadoras delante de sus rostros, acribillándolos a preguntas e impidiéndoles la libre circulación. Cualquier resistencia a esta multitudinaria agresión es interpretada como “un ataque a la prensa”. Eso mismo han hecho con Lori Berenson. Y el Mundo así lo ha visto.

Dicen que no hay que hacer “ninguna concesión al terrorismo que ha causado 69 mil víctimas en el país”. Y eso suena a chicle mascado o a lugar común; es el estribillo repetido por autómatas que no diferencian las víctimas causadas por los grupos subversivos de las que causó el terrorismo de Estado. El teniente Telmo Hurtado, asesino de niños y ancianos en Accomarca, cuando llegó extraditado, no fue linchado por la prensa ni repudiado por los falaces intérpretes de la opinión pública. Ni qué decir que quienes nos gobiernan, García y Giampietri, son culpables de la matanza más grande de presos políticos en América Latina.

Para los ladrones de cuello blanco, está el paraíso carcelario de San Jorge. Para los terroristas de Estado, la impunidad. Para los corruptos y genocidas, la reelección. Los ex paramilitares del Comando Rodrigo Franco trabajan hoy en puestos de gobierno, algunos forman parte de la planilla del Congreso y se jubilarán con la ley 20530. Para Lori Berenson, acusada de colaboración con el terrorismo, sabiendo que ella no mató ni puso bombas, se aplica todo lo contrario.

No es extraño que el nacionalismo burgués, ése que acogió militantes como Mekler y Torres Caro, y que se pinta alternativo al capitalismo salvaje, se sume a la gritería histérica de la burguesía. Ya el diario nacionalista -que sólo los tontos creen de izquierda- denunció que había manejos turbios debajo de la mesa entre García y Obama para liberar a Berenson. (¡Gracias don César!) Pero recordemos que Ollanta Humala, en la polémica del 2006, acordó con Alan García no tocar el tema de los derechos humanos. Él mismo se manifestó a favor del cese de juicios a los militares que combatieron a la subversión. Y él, como su alfil Abugattás, se manifestaron en contra de la semilibertad a Lori Berenson en mayo de 2010. Ahora Pedro Santos, congresista nacionalista, dice que "el Poder Judicial está actuando como debe ser. Estamos actuando sin presión de organismos internacionales. Eso es lo más rescatable". Muy poco se puede esperar de quien tiene un hermano abandonado a su suerte tras las rejas por haber cometido delito de rebelión.

La peligrosidad de Lori Berenson o el riesgo de reincidencia sólo pueden ocurrírsele a un ignorante. El MRTA dejó de existir y no hay una situación política favorable al reinicio de la lucha armada. Los expresos del MRTA se han reincorporado a la sociedad y tratan de hacer política por medios democráticos. A ninguno de los excarcelados tupacamaristas le ha tocado padecer un calvario como el de Lori Berenson. Entonces debemos suponer que detrás de toda esta fanfarria hay otras razones que nadie del gobierno se atreve a confesar. Se trataría de un caso ejemplar que reúne las condiciones necesarias para la propaganda global, demostrando “inflexibilidad” ante interferencias extranjeras y la posible renuncia a pactos, acuerdos y convenios internacionales en materia de derechos humanos. Están de por medio las indemnizaciones a los procesados y condenados por terrorismo mediante tribunales militares, durante la dictadura de Fujimori- Montesinos, a quienes se les negaron las garantías del debido proceso.

Tienen en sus manos una víctima cinematográfica para armar el circo romano: es mujer y es extranjera. Sobre la valentía de Alan García con las mujeres extranjeras, buen testimonio puede otorgar su propia esposa Pilar Nores, quien ha escogido ser prudente. Valiente sujeto el que nos gobierna. Muy valiente contra mujeres desvalidas, contra presos rendidos (1986) y contra niños comuneros indefensos.



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miércoles, 18 de agosto de 2010

Nace el Frente de Defensa de los Recursos naturales


El sábado 07 de agosto, cinco organizaciones de izquierda se citaron en el local de SINATBAN para exponer en la conferencia: "ABAJO EL PSICOSOCIAL, EL GAS PROBLEMA NACIONAL" Las intervenciones de los expositores coincidieron en señalar la escasa participación de las organizaciones populares de Lima en la lucha que se da a nivel nacional y nació la iniciativa de conformar un comité, coordinadora o frente en la capital por la defensa de los recursos naturales, que, como el gas, son presas codiciadas por los monopolios imperialistas. El público asistente saludó la iniciativa y las agrupaciones políticas participantes se comprometieron a sumar esfuerzos en esa dirección.

La primera reunión convocada para ese fin se realizó el martes 10 de agosto, con la presencia de seis organizaciones, en el local de Integración Estudiantil, fijando la agenda para la siguiente reunión.

En la segunda reunión, el martes 17 de agosto, participaron compañeros y compañeras de: Colectivo Los Amautas, Integración Estudiantil (IE), Movimiento José María Arguedas, Movimiento Todas las Voces, Frente Estudiantil Revolucionario (FER-San Marcos), Movimiento de Liberación 19 de julio (ML – 19), Colectivo Javier Heraud, Tierra y Libertad, Movimiento Inkarrí y Frenvidas-Ate. Estuvieron el dúo Takanamanta y la Organización de Mujeres representada por la c. Susan Portocarrero. No solamente asistieron militantes de las organizaciones suscritas, sino también compañeros y compañeras independientes. Se hizo presente el mensaje del c. Jaime Lastra, de la Universidad Socialista, quien por razones de viaje no podía asistir. Igualmente se reconoció el carácter amplio de este nuevo espacio, abierto a la incorporación de otras organizaciones progresistas, democráticas y patrióticas.

Esta segunda reunión desarrolló con éxito la Agenda prevista el martes pasado y que consta de tres puntos: 1) Conformación del frente y denominación; 2) Puntos de Lucha; 3) Actividades Concretas.

En cuanto a la Denominación, por votación se decidió que sea: Frente de Defensa de los Recursos Naturales, Lima, impulsando en principio la defensa del gas e hidrocarburos, pero acotando que el nuevo espacio trasciende el tema del gas, sin restarle su vital importancia, e intenta dirigir sus esfuerzos a todos los recursos que se ven amenazados por la voracidad de los monopolios y el entreguismo del actual gobierno.

Sobre los puntos de lucha, los aportes de nuestros compañeros y compañeras se centralizaron en la defensa de los recursos naturales, la defensa de la vida y la soberanía.


En cuanto a las actividades concretas del frente, las intervenciones de los asistentes convergieron en desarrollar tanto la capacidad de dar información a las amplias mayorías de Lima sobre la problemática socio-ambiental a nivel nacional, como de generar la movilización de masas en rechazo al saqueo imperialista. Se hace necesario implementar una cátedra libre con paneles, conferencias y exposiciones de especialistas en cada tema, fomentando la incorporación del público a su discusión. Igualmente urge desarrollar tareas de prensa, propaganda y denuncia que hagan posible la toma de conciencia y el desarrollo de la protesta popular en los conos urbanos como en toda Lima metropolitana.

Es así como ha nacido una alternativa de lucha unitaria, con carácter de frente amplio, sin exclusiones, sin sectarismos ni fines electorales, para movilizar a los sectores democráticos y progresistas en defensa de lo que le pertenece a todos los peruanos. Lima despierta y se suma a la lucha que vienen librando nuestros pueblos y comunidades contra la barbarie y el saqueo neocolonial.


¡VIVA EL FRENTE DE DEFENSA DE LOS RECURSOS NATURALES!

¡UNIDAD PARA LUCHAR, UNIDAD PARA VENCER!

¡UNIDAD EN LA ACCIÓN, UNIDAD PARA LA REVOLUCIÓN!

domingo, 4 de julio de 2010

LEYES FASCISTAS CONTRA EL MAGISTERIO


El gobierno aprogenocida de Alan García ha entrado a una etapa de pánico frente al crecimiento de las protestas sociales. El criminal García y su secuaz Giampietri recurren al mejor argumento después de la penalización de la protesta y de la criminalización de la acción de masas: la persecución por "terrorismo".

Hasta el momento, los parlamentarios apristas vienen dando una lección al mundo al demostrar que un gobierno supuestamente democrático, un autoproclamado "estado de derecho", puede dictar normas propias de los regímenes fascistas, como el mal recordado Generalísimo Francisco Franco, de la post-guerra civil española. El aprismo colinda con el franquismo hispano, con el fascismo italiano de Mussolini, con el nacional-socialismo alemán de Hitler y toma peores medidas que Pinochet en Chile y Videla en Argentina.

Si preguntásemos a Mercedes Cabanillas y a su presidente Alan García qué es "terrorismo", responderían algo muy ajeno a la realidad de los años 1980-1992. Ahora se trata de condenar como "terrorismo" las medidas usuales en la protesta popular, después de haber penalizado cualquier acción directa de masas. Los "terroristas" actuales, según el "pensamiento García", son comuneros agrarios que protestan contra las empresas mineras, son trabajadores que toman locales, son obreros mineros que bloquean carreteras, son nativos amazónicos que, como en Bagua, defienden sus recursos y soberanía.

O sea, para los preguntones, se trata de englobar bajo el membrete de "terrorismo" no aquello que condenaba Lenin y los bolcheviques, sino todos los delitos y faltas cometidos contra el Estado, contra el orden público, contra las vías de comunicación y hasta contra el ornato público de parques y jardines.

Acerca de los ex-presos por "terrorismo", la ley de Mercedes Cabanillas vulnera los principios generales del Derecho y atenta contra la Constitución. Por eso los sectores progresistas del país deben pensar ya en una acción de inconstitucionalidad.

Una de las garantías del derecho penal y en especial del derecho penitenciario es la rehabilitación social del reo y su reincorporación a la sociedad. Muchos acusados por terrorismo, inocentes o no, antes de ser encarcelados, eran maestros que al salir de prisión se han reincorporado al magisterio. Muchas personas que perdieron 10 o 15 años de su vida, han salido para reconstruirla con su trabajo como docentes. Muchos que han pagado sus deudas con la ley tienen derecho a reincorporarse a la sociedad: tienen derecho a trabajar. Mercedes Cabanillas quiere que no trabajen, que no se reincorporen a la sociedad y que -si es posible- empiecen a delinquir para ganarse el pan.

Por ejemplo, el partido aprista no presentará jamás una ley que proscriba a los directores acusados de corrupción, porque se quedan los colegios sin apristas. Los congresistas apristas nunca dictarán una nueva ley que le cierre las plazas de trabajo en la educación a los políticos acusados de malversación de fondos, peculado, estafa o robo. La célula parlamentaria aprista no se atrevería a elaborar un proyecto de ley que censure el acceso al trabajo en educación a quienes han sido acusados por delitos de lesa humanidad.

El búfalo extrauniversitario y antiuniversitario Mauricio Mulder tiene bajo el sobaco otro proyecto de ley que impondría de 8 a 10 años de cárcel por planificar actos de terrorismo. ¿Qué significa esto? Significa que encarcelarán a quienes incurran en tratativa de delito, ni siquiera en intento de delito. ¿Cómo se comprobaría la tratativa de delito? ¿Tal vez por la suposición o elucubración de los investigadores policiales?

La ley de la "varonesa" Cabanillas ha penalizado la apología del delito de terrorismo por medio de internet. O sea que quienes discutimos de cosas serias por los foros, listas y cadenas de opinión, desde ahora tendremos que hacerlo en cabinas públicas y bajo seudónimo.

Personalmente debo confesar que ya he sido citado a DIRCOTE por emitir mi opinión y firmarla con nombre y apellido. Ergo, en el Perú, así diga lo contrario la Constitución, se persigue el delito de opinión, como lo hace cualquier dictadura militar.

Llamamos especialmente al SUTEP a que se pronuncie y a todos los CONARE para que demuestren hasta qué punto son revolucionarios o simples economicistas sanchopancescos. Es la hora de oponerse activamente a estos proyectos de ley fascistas, totalitarios y antimagisteriales. Nadie quiere ser docente en el Perú si quedan otras alternativas de trabajo, porque el sueldo es bajísimo y las exigencias son muchas. Pero además ahora van a hostilizar a los docentes por sus opiniones, por sus lineamientos y hasta por su pasado. Es hora de unificar esfuerzos y de combatir.

http://elcomercio.pe/impresa/edicion/2010-07-03/ectd030710a2/03

miércoles, 30 de junio de 2010

Mi deslinde (actualizado) con el terrorismo


El 20 de marzo de 2002 estalló un coche bomba en el Centro Comercial El Polo, matando a diez peruanos inocentes. Quien escogió ese centro comercial para cometer la fechoría, lo hizo porque queda cerca de la embajada norteamericana y se aproximaba la visita del genocida George Bush. Dos días después de la explosión, Bush visitaba el Perú sin una sola manifestación masiva de repudio.

La CGTP, la CCP, la CNA los movimientos de izquierda y otros gremios populares se quedaron con las banderolas hechas. El plan de rechazar multitudinariamente la presencia de Bush se vino abajo con el atentado de El Polo. El gobierno advirtió a las centrales sindicales y a los partidos para prevenir otros atentados y la consiguiente captura de supuestos culpables. Otra cosa más: la propaganda gubernamental exigía que se deslinde con el terrorismo, so pena de ser acusados de “cómplices”. No fue difícil que cayeran en la trampa del miedo.

Como la desmovilización de las protestas anti-Bush había sido tan fácil gracias al coche bomba, pensé que los principales beneficiados eran los verdaderos culpables. La explosión no causó daños a la embajada norteamericana, pues el artefacto no fue colocado cerca de ella. El centro comercial queda a regular distancia de los muros de la delegación diplomática y además, el espacio entre estos muros y los edificios interiores de la embajada, hacía imposible que se produzcan estragos.

El fracaso de los incapaces

Desde el punto de vista militar, el atentado fue un fracaso. No hizo bajas en el personal norteamericano y ni siquiera perjudicó la fachada de la embajada yanqui.
Desde el punto de vista político, generó el repudio unánime de la población contra sus autores y favoreció la táctica desmovilizadora del gobierno. ¿Por qué entonces no pensar que los culpables se hallaban en los servicios de inteligencia?

Recuerdo haber escrito por internet artículos que no me permitían sacar en Caretas, donde trabajaba. Un año después, Caretas me daba la comisión y cubrí el primer aniversario del asesinato de diez peruanos. Fue doloroso compartir con los familiares el fatídico recuerdo y la indiferencia del Estado. Algo en lo cual todos estaban de acuerdo es en la negligencia de la policía para resguardar los alrededores de la embajada yanqui en vísperas de la llegada de su presidente. Pero aún más condenaban la falta de celeridad para actuar, una vez que se alertó sobre un coche que echaba humo por todas partes. Parecía que el gobierno tenía parte en todo esto.

Después de publicar mi reportaje en Caretas N° 1764 del 20 de marzo de 2003, una noche de trabajo me atreví a consultar la página web “Sol Rojo” pretendidamente atribuida a la fracción “Proseguir” de Sendero Luminoso. Increíble e irritante: reivindicaban el atentado del centro Comercial El Polo, al cual consideraban un “acto de guerra” contra el imperialismo.

Deslinde con el terrorismo

Esto me ha dado motivos suficientes para aclarar, una vez más, nuestras distancias con aquello que Lenin llamaba “terrorismo”. Conste que no me auxilio del significado semántico usado por la burguesía. Para los revolucionarios y en especial, para los comunistas, un acto de masas o una rebelión de muchedumbres es infinitamente superior a cualquier atentado con bombas. Después de la muerte del hermano de Lenin, quien fue condenado a la pena máxima por terrorista, le quedó bien claro al gran Vladimir Illich cuál era el camino de la revolución proletaria. El grupo conspirativo no puede sustituir a la clase social que debe hacer la revolución. Y la revolución, como afirma José Carlos Mariátegui, es obra de muchedumbres, es obra de multitudes.

Otra cosa es que la vanguardia deba conducir a las multitudes, que el Partido del Proletariado sea quien de dirección política y militar a la clase. Nadie niega la necesidad del Partido. Pero el Partido no puede ser aquel grupúsculo autodenominado como tal y conformado al 100 % por imbéciles, iletrados y analfabetos funcionales que no son proletarios. Me refiero a esos analfabetos que no saben escribir una página web sin errores de redacción, sin faltas de ortografía y que conocen de marxismo lo que conozco yo de mecánica celeste.

Tal vez puedan leer una cita, rememorar una frase genial de cualquiera de los clásicos del socialismo científico, pero para su interpretación actuarán como un orangután tratando de desarmar un reloj suizo. Y para hacer la prensa, deberían atender a lo que dice el gran Lenin:

“…hace falta un Estado Mayor de especialistas escritores, de especialistas corresponsales (…) un ejército de hombres obligados por su cargo a ser omnipresentes y omnisapientes. Y nosotros, el Partido que lucha contra toda opresión económica, política, social y nacional, podemos y debemos encontrar, reunir, formar, movilizar y poner en marcha un tal ejército de hombres omnisapientes.” (Lenin. Qué hacer, pág. 194)

Este consejo se extiende al Partido, el cual inevitablemente se constituye en élite de revolucionarios profesionales, a los cuales se les exigen tareas de organización de las masas y de elaboración de línea política. Por esto y muchas razones más, sobre todo de carácter estratégico, los marxistas deslindamos con el terrorismo expresamente, incondicionalmente y tajantemente, diferenciando la violencia revolucionaria del brutal atentado producto de la desesperación pequeñoburguesa travestida de revolución “proletaria”.

jueves, 24 de junio de 2010

PRONUNCIAMIENTO UNITARIO




FRENTE A LOS ATAQUES DEL GOBIERNO Y

LA PRENSA BURGUESA



-A propósito de los hechos ocurridos el 14 de junio en la UNMSM y

en desagravio al 116 natalicio de José Carlos Mariátegui-



“Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas,

guardé silencio,

porque yo no era comunista,

Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,

no protesté,

porque yo no era sindicalista,

Cuando vinieron a buscar a los judíos,

no protesté,

porque yo no era judío,

Cuando vinieron a buscarme,

no había nadie más que pudiera protestar”.

Martin Niemoeller. Pastor protestante alemán.



Los abajo firmantes, adherentes al pensamiento y acción de José Carlos Mariátegui en su prédica de integración nacional y latinoamericana, en su defensa de los recursos naturales y de la patria, enmarcadas en la creación de una nueva sociedad justa, fraterna y socialista; nos declaramos contrarios a todo tipo de dogmatismo y sectarismo y enemigos de contemporizar con cualquier forma de corrupción, como la proveniente desde el Estado, enquistada en todas las instituciones de la patria, incluidas las universidades.



En ese sentido consideramos urgente y necesario hacer carne del ejemplo patriótico revolucionario y socialista de José Carlos Mariátegui, tantas veces olvidado y distorsionado. En razón a ello hemos participado en distintas actividades que recordaban, la semana del 14 de junio pasado, el 116 aniversario de su natalicio, a través de eventos en el Perú y en el extranjero, en los Andes y la Amazonía, en sindicatos y, por supuesto, en las aulas universitarias.



Sin embargo, esa fecha -símbolo de la dignidad de un pueblo- ha sido nuevamente vejada. Desfigurada y relegada por quienes pretenden aturdir al pueblo con carátulas sensacionalistas e informes tendenciosos, que han convertido lo exiguamente trascendente en un sórdido espectáculo mediático.



Por todo esto manifestamos lo siguiente:



1. No nos queda duda que el encuentro entre prácticas incorrectas con la inmoral, corrupta y fascistoide reacción política del Gobierno de turno solo está generando que los temas más trascendentes para el pueblo pasen a segundo plano. Los reclamos de los aguerridos pueblos del sur andino por la defensa del gas, la lucha por el respeto de la tierra de los pueblos amazónicos, entre otras reivindicaciones, son las que deben convocar nuestra atención y nuestros mejores esfuerzos revolucionarios. A pesar de la “cortina de humo” del gobierno y de la prensa burguesa… ¡la lucha sigue!



3. Contamos con la plena seguridad que esta campaña sistemática de difamación -sostenida por más de una semana en prensa y televisión- contra las organizaciones revolucionarias autoras de este pronunciamiento, es el más fiel reflejo de la exasperación y desesperación del Gobierno ante el incremento de las luchas sociales y frente a la posibilidad de que en el marco de las contiendas electorales propuestas “antisistémicas” puedan significar un mayor afianzamiento de la organización popular.



4. Rechazamos la política “macartista” que pretende desplegar el Gobierno, confundiendo ex profesamente a todos en una opción de comportamiento político con la cual hemos deslindado todos los firmantes en más de una oportunidad. No compartimos los postulados políticos, programáticos e ideológicos del autodenominado PCP Sendero Luminoso, ni somos fachada de ningún partido político de la vieja izquierda… ¡forjamos una nueva izquierda revolucionaria!



5. Defendemos firmemente la autonomía universitaria y la libertad de pensamiento que hoy se ven nuevamente amenazadas por el gobierno de turno. Bajo el pretexto mediático de un falso “rebrote terrorista” se pretende justificar una nueva ola represiva contra la juventud universitaria y disponer de la “intervención preventiva” de las fuerzas del orden para controlar a su antojo el quehacer universitario y garantizar su modelo privatista y anti-popular de educación.



6. Llamamos a todas las fuerzas populares y revolucionarias a hacer causa común frente a los agravios y ataques del Gobierno y la prensa burguesa. Reivindicamos el derecho a pesar distinto, ser de izquierda revolucionaria no es delito, es un orgullo. Esta es una oportunidad para que las enseñanzas de unidad en la acción de José Carlos Mariátegui y tantos otros revolucionarios se hagan realidad. Si tocan a uno, tocan a todos, que lo tenga en presente García y compañía.



¡ALTO A LA PERSECUCIÓN POLÍTICA!

¡TODO NOS UNE, NADA NOS DIVIDE!

¡CON EL EJEMPLO DEL AMAUTA JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI!

¡VENCEREMOS!



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Universidad Socialista José Carlos Mariátegui

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Integración Estudiantil (IE)

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Círculo 7 de octubre

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Frente Estudiantil Revolucionario (FER)

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Movimiento Todas las Voces

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Movimiento José María Arguedas

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Movimiento de Liberación 19 de Julio (ML-19)

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Colectivo Los Amautas

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Dúo Takanamanta



Adhieren:

FUR - Frente Unitario Revolucionario.

(se reciben adhesiones)




ANEXOS

Para ver algunos de los ataques:

http://elcomercio. pe/impresa/ edicion/2010- 06-18/ectd180610 a4/08

http://www.larazon. com.pe/online/ indice.asp? tfi=LRPolitica01&td=20&tm=06&ta=2010

miércoles, 16 de junio de 2010

¡HORROR!... ¡SENDERO EN SAN MARCOS!


La universidad es no sólo un centro de estudios, sino un crisol de pensamientos e ideas. Los debates políticos y la preocupación por el porvenir del país, durante generaciones y siglos, han distinguido a los estudiantes universitarios de aquellos que sólo buscan educación tecnocrática en niveles inferiores. Quiero llegar a la síntesis de la síntesis: los estudiantes universitarios tienen derecho a pensar como les de la gana y a debatir los asuntos que crean convenientes, sin intervención de las autoridades y mucho menos del Ministerio del Interior.

En una sociedad como la norteamericana, que tanto admiran, no sería extraño escuchar el discurso de un anarquista, de un comunista, de un fascista, de un fundamentalista islámico o de un neoliberal. En una sociedad como la dictadura de Francisco Franco, en España, aquella que añora el Opus Dei y su arzobispo Juan Luis Cipriani o en aquella que admiraba (y ahora lo niega) Mario Vargas Llosa: la dictadura de Pinochet, no sería posible esta libre concurrencia de ideologías.

Eso digo meditando la "sorpresa" e irritación que manifiestan los voceros burgueses a través de sus medios de comunicación por una simple marcha senderista en San Marcos. ¿Cuál es la sorpresa, infames predicadores de la paz de los cementerios? ¿Acaso alguna vez el estado peruano, bajo la dictadura de Fujimori y Montesinos, acabó con Sendero Luminoso?

Los recalcitrantes redactores "antiterroristas" hicieron creer a su ingenuo público una sarta de mentiras, empezando con que eran "abigeos" (dicho por Belaúnde)o un grupúsculo de terribles conspiradores y autores de atentados dinamiteros. Obviaron el análisis social y principalmente el análisis político.

El PCP-Sendero Luminoso es una fuerza social, es un partido, es una organización con fines políticos. La guerra interna que atravesó el país de punta a cabo, no sólo fue un hecho histórico, no sólo fue un hecho político, sino que ha tenido y tiene consecuencias sociales y estructurales. El "Pensamiento Gonzalo" es una ideología a la cual no salieron a darle polémica los derechistas, ni los apristas y tampoco los reformistas de izquierda. Apostaron por la solución policial y el genocidio. Y como las ideologías no se encarcelan, pueden ser recogidas por nuevas generaciones con inquietudes sociales.

Para quienes no vivimos en distritos residenciales ni estudiamos en la Universidad de Lima, siempre el PCP-SL estuvo allí, en nuestras calles, en nuestros mercados, en medios de transporte y en nuestras aulas. ¿Cuál es la novedad ahora? ¡Ah!... Hay un video para quitarle el sueño a los pitucos.

Si reconocemos entonces que es una organización con ideología y con estructuras, no debería asombrarnos que pidan la liberación de su máximo líder y de sus presos, sea en la Universidad de San Marcos o en cualquier otra.

Lo que debería sí asombrarnos es que los grandes rateros del gobierno estén libres y sin juicio, como los genocidas de uniforme que se pasean campantes por puestos de gobierno o salen de prisión con reducción de la pena. El terrorismo de estado goza de impunidad y a nadie asombra eso. Los dos asesinos de presos políticos en 1986 son Presidente y Vicepresidente de la República respectivamente. El ex-ministro de Interior, Agustín Mantilla y todos los paramilitares del Comando Rodrigo Franco están libres. El "glorioso" (¿?) comando Chavín de Huántar no puede ser citado por ningún tribunal para que responda por qué en el operativo de rescate de rehenes de 1997 no hubo prisioneros, ni heridos ni rendidos. Inmediatamente salta y grita la prensa adicta a los dueños del dinero exigiendo que no se juzgue a esos "héroes", intocables y no-investigables. (¿Alguien sabe quién se robó todas las joyas de la esposa del embajador Aoki?)

Y mientras el reo en cárcel Alberto Fujimori recibe visitas multitudinarias y tiene su propia escuela de cuadros en la prisión dorada, los presos de la Base Naval del Callao sólo pueden tener visitas de 2 parientes consanguíneos y cónyuge (si la hay), no tienen acceso a las mínimas garantías de la legislación penitenciaria y se les ha sepultado en vida hasta el día de su muerte.

La inseguridad de una sociedad que se creía vencedora absoluta, se manifiesta en esta clase de histerias por una simple marcha. Bien saben los agentes de Inteligencia que el PCP-SL se encuentra fragmentado, bajo una aguda crisis de dirección y maniatado desde que su líder está en prisión. La marcha que los ha asustado tanto y que han visto pasmados en un video artesanal, pide "solución política a los problemas derivados de la guerra y amnistía para todos". Entonces, ¿por qué no la apoya el vicepresidente Luis Giampietri, uno de los criminales de guerra que serían beneficiados con esa amnistía? Que también se sumen Telmo Hurtado, Álvaro Artaza, Mejía León, Víctor Penas y Martin Rivas, porque el pedido les conviene.

Hay quienes desde la derecha claman por la intervención y el fin de la autonomía universitaria . Giampietri exije a la DINCOTE una mayor presencia en las universidades. Pero oiga, marinerito, en San Marcos ya no cabe un infiltrado más. ¿Cuántos quiere usted? ¿Tal vez dos agentes por cada estudiante?

La histeria de hoy se venía alimentando con editoriales irritantes, cáusticos y corrosivos acerca de los beneficios obtenidos en gobiernos anteriores. El búfalo Mulder quiere procesar por eso a Alejandro Toledo y resucitar a Valentín Paniagua para sentenciarlo. Llaman a suprimir y derogar toda legislación que favoreciera la libertad restringida o con comparecencia, porque según la prensa, los "terroristas" jamás deberían salir de prisión. Eso no es justicia, señores burgueses: eso es venganza.

En concreto, la sociedad peruana convivirá por muchas décadas con la presencia de Sendero Luminoso, porque éste es parte de aquella. Cada cierto tiempo los medios sacarán una novedad para asustar incautos que desde sus flamantes camionetas 4x4 y regias residencias ni se imaginan que el PCP-Sendero Luminoso existe. Mientras hayan presos políticos y una prisión infame e ilegal como la de la Base Naval del Callao, las marchas de familiares y simpatizantes, se sucederán en distintos escenarios. Y como no se ha ilegalizado la libre manifestación de las ideas, pues acostúmbrense televidentes.

El PCP-SL, en su versión "acuerdo de paz", pierde el tiempo exigiendo amnistía para todos. Hay amnistía, pero para un solo lado: el de los genocidas. Ellos tienen todo el aparato del Estado a su favor, por lo tanto, no les interesa la oferta de los gonzalistas. Los terroristas de Estado caminan libres, como quienes asesinaron a los campesinos de Putis, Accomarca, Cayara, etc. La mal llamada "sociedad civil" y las instituciones tutelares de este engendro putrefacto de "democracia", no están dispuestas ni por asomo a amnistiar a Gonzalo. La misma suerte está corriendo Víctor Polay Campos, a quien quieren verlo salir en ataud de la prisión. Es mejor luchar por el primer paso: el traslado de los presos de la ilícita BNC a prisiones legales, administradas por el INPE y con los derechos penitenciarios que por ley les corresponde.
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jueves, 27 de mayo de 2010

Linchar a Berenson para que se olviden de Bagua

Empezó el carnaval en los medios de la prensa amarilla (o sea: toda). Ya se desgarran las vestiduras los fieles a la religión antiterrorista. Ya ha aparecido un nuevo motivo en la pantalla que puede generar la catarsis colectiva necesaria y la distracción mediática e hipnosis de las masas para que no se conmemore un año de la matanza de Bagua y se preste más atención a una excarcelada convertida en blanco de todos los ataques. La campaña sicosocial está funcionando de lo más bien, pues entre sus payasos, arlequines y saltimbanquis, también ha reclutado al nacional-fascista Ollanta Humala. Así que en este adelanto de la temporada de circos, sobran voces irritadas que todavía no han declarado y que ocuparán más páginas de la prensa por varias semanas.

Y nos agotarán con el linchamiento periodístico contra la gringuita acusada por terrorismo, hasta que la lleguemos a odiar por aparecer tanto en cámaras, por llenar titulares y por cometer errores (lapsus brutus) cada vez que sea acosada por decenas de filmadoras y grabadoras de mano, hasta el extremo de no dejarla caminar o de proferir insultos por desesperación. Hay cuerda para rato.

Expulsión y conmutación de la pena

El ministro de Justicia, Víctor García Toma, dice que el informe del INPE para liberar a Lori Berenson es técnico y no político, pero que la decisión del gobierno es expulsar a la ciudadana norteamericana para que no cumpla el resto de su condena en el Perú. Esto significaría la conmutación de la condena, que se de por purgada la pena y se proceda a la expulsión. ¡Qué mejor favor para Lori! Supongo que su familia se lo agradecería y diríamos: bien por ella.

Segregación barrial a la orden

Manuel Macías alcalde de Miraflores cede ante la opinión de algunos vecinos para hostilizar a Lori Berenson y que se mude a otro distrito. La base de su caprichosa postura sería que el distrito de Miraflores y sus vecinos han sido castigados duramente por el terrorismo, como para tolerar a una vecina sentenciada por ese delito.

Pero el distrito de Miraflores también ha sido castigado por sicarios del narcotráfico y no por ello investigan a las cadenas de distribución de drogas en sus calles, a vista y paciencia del serenazgo. El distrito de Miraflores tiene la amenaza mortal de contagio del SIDA gracias a la extensiva prostitución -masculina y femenina- que alberga, y para muestra un botón: la calle de las pizas y el parque JFK.

Hagámonos una buena pregunta: ¿cuántos ciudadanos peruanos juzgados por terrorismo están en las calles, después de cumplir sus condenas o con semi-libertad?... ¿Acaso alguien ha sido segregado por el alcalde de su distrito?... ¿Acaso los vecinos les han hecho cargamontón y pifias?... Respondemos que en todos los barrios populares, de donde son oriundos la mayoría de ex-presos políticos, les han dejado vivir y reconstruir sus vidas.

Entonces, ¿por qué Miraflores, que ya no es barrio pituco, quiere hacer la diferencia? Aquí nos enfrentamos a algo que anida en la conciencia de la mayoría de peruanos: nos caen mal los extranjeros que interfieren en problemas internos del país. Pero nadie pifió a Pedro Pablo Kuscinzki, quien siendo ciudadano norteamericano, fungió como ministro peruano, contra lo que indica la Constitución. En síntesis, la gringa, por ser gringa afiliada al lado equivocado, les cae mal.

Y para nadie es un secreto que muchos egresados del penal, ex-sentenciados por terrorismo, viven en Miraflores. No me refiero a los del MRTA, solamente, sino a quienes pertenecían o fueron acusados de pertenecer al grupo que puso el coche bomba de Tarata (que obviamente no fue el MRTA).

Fascismo ollantista se pronuncia

Parte del show Berenson tenía que ponerlo el nacionalismo fascista liderado por Ollanta Humala Tasso, el ex-capitán "Carlos" asesino de la población de Madre Mía durante la guerra contrasubversiva. (¿Se le sumarán los oportunistas ex-izquierdistas que lo secundan en su campaña presidencial?)Y su liderzuelo Daniel Abugattás dice que la jueza cometió un "tremendo error" y "falta de criterio" al permitir que una terrorista que no ha renunciado a la violencia esté "suelta en plaza".

Ante tales declaraciones, suponemos que hayan despertado de su ensueño los enamoradizos pretendientes del MNI y de la CGTP, porque como a los de Patria Roja señalaron como "voceros" de las FARC (colombiana)los humalistas no los incluyeron como aliados electorales. Ya entendieron e hicieron su inscripción aparte, pero demoraron demasiado en despertar de la puzanga del milico.

¿Cuándo se acabará el show Berenson?

Supongo que esta situación amerita páginas de periodistas ociosos para perseguir auténticos escándalos financieros que perpetra el partido de gobierno. Por eso a Alan García no le conviene extraditar a Lori Berenson. Perdería la piedra imán que puede atraer todas las iras contra el terrorismo subversivo, para que sea olvidado el terrorismo de Estado. Ése del cual es tan culpable como su vicepresidente, el fascista Giampietri. Alan necesita a Lori irritando a los vecinos de Miraflores, motivando airadas protestas de fujimontesinistas, nacionalistas y apristas en la prensa de alcantarilla. Y en medio del escánadalo Alan García hará de la comemoración del baguazo, una fiesta por el día del ron. Así lo dijo, ¿no?...

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P.D.- Ollanta Humala, en su anterior campaña presidencial, reclamó porque cesen los procesos judiciales a militares que combatieron a la subversión. Esto, en buen castizo, significa borrón y cuenta nueva para los criminales de uniforme, abrirle el paso a la impunidad. El "espíritu de cuerpo", consigna de todo militar, no es otra cosa que complicidad. Por eso, hasta hoy, nadie sabe en el Ejército, quién comandó las tropas asesinas de Putis, aquellos que asesinaron hombres, mujeres, niños y ancianos de una comunidad desaparecida del mapa por los "héroes" de la campaña contrasubversiva. Todos saben que fueron militares, por sus uniformes, por el calibre utilizado, por los "recuerdos" imborrables que dejaron en su camino a la población civil indefensa.
Ollanta Humala, el capitán "Carlos" de Madre Mía tiene por qué responder, pero las huellas en Madre Mía han sido habilmente borradas y los testigos amenazados, para que un fascista encubierto QUE NADA TIENE QUE VER CON LA IZQUIERDA REVOLUCIONARIA Y SU TRADICIÓN DE LUCHA, nos venga a gobernar en nombre de intereses empresariales que lo secundan. A los ingenuos que creen en él, sólo nos queda decirles lo que decía Vallejo: allá ellos, allá ellos, allá ellos...

viernes, 21 de mayo de 2010

Rodolfo Hinostroza pretende infamar a Javier Heraud

Un 15 de mayo de 1963 murió abaleado el joven poeta Javier Heraud en Puerto Maldonado. La sociedad peruana se conmovió al saber que los jóvenes con futuro promisorio, como él, preferían optar por el sacrificio heroico antes de seguir viviendo en un país de iniquidad y explotación. Si hay algo que he tratado de hacer, es reconstruir la historia de los movimientos guerrilleros que no vivió mi generación. En ese tránsito de testimonios, entrevisté a Alaín Elías, del ELN, compañero de riesgos de Javier Heraud y el único de los dos que sobrevivió en la fatídica lancha donde murió el poeta abaleado por una muchedumbre enardecida. Mantengo mi amistad con Alaín Elías y quisiera alentarlo a que responda los infundios de Rodolfo Hinostroza, publicados en Caretas, edición 2130, de reciente aparición y que mis lectores pueden consultar en enlace:
http://www.caretas.com.pe/Main.asp?T=3082&S=&id=12&idE=879&idSTo=0&idA=46413

Veamos. Rodolfo Hinostroza -entre los peruanos becados en Cuba- no quiso enrolarse en el maretazo de guerrillas que inspiraba la revolución cubana en América Latina, porque, según él mismo confiesa, discrepaba de la línea guerrillerista de Fidel Castro. Eso es aceptable ahora, después del fracaso del foquismo en nuestro continente. Pero en ese entonces había una tentadora e irresistible teorización del nuevo método y de los mil Viet Nam, contra la desviación ideológica del "tránsito pacífico al poder". Solo la experiencia podía demostrar la eficacia del proyecto y el Che sucumbió poniendo a prueba, a riesgo de su propia vida, aquello que en algún momento planteó. Hay gente que vive como predica, pues...

Pero en la nota de Hinostroza hay un tufo de descarga de conciencia y de revancha contra la figura épica de su contemporáneo, al cual nunca pudo superar. Considero que Heraud tenía mejores condiciones que él para evolucionar como poeta y si no hubiese sido asesinado en Puerto Maldonado, la literatura peruana hubiera tenido otro contribuyente de enorme estatura como Vallejo. No lo digo por su constitución física, evidentemente. Hay que remarcar que Heraud no necesitaba de muletas extraliterarias, como la del sacrificio heroico, para ser reconocido como talentoso creador. Ya tenía el reconocimiento merecido, a temprana edad y con un futuro promisorio.

Reducir la voluntad de sacrificio de Javier Heraud a una bravuconada de pituco incomprendido e incompetente para la pelea, es caricaturizar su significado. Esa voluntad de sacrificio se venía manifestando ya en su poesía primigenia y en el acercamiento de Javier a los claustros sanmarquinos, donde tendría contacto más directo con ideas revolucionarias. Ergo, la radicaliación de Heraud no se produce en Cuba, sino aquí en el Perú.

El testimonio de Hinostroza es contradictorio. Acepta que antes Javier Heraud viajó a la Unión Soviética, a un festival de juventudes, porque era miembro del Movimiento Social Progresista, al cual rotula de "partido" y precisa demás: "de izquierda moderada". En esa época, viajar a la URSS no era fácil y mucho menos lo era retornar e incorporarse a la sociedad con el baldón de ser sospechoso de "comunista". Javier sabía dónde viajaba y para qué viajaba a países que manchaban su historial de "pituco". (Dice Hinostroza: "El sí tenía una beca para Checoslovaquia" para estudiar cine). Extraño pituco que habiendo egresado del colegio Markham enseñaba inglés en el bravo, pendenciero y popular Colegio Guadalupe de donde egresó Hinostroza. Extraño pituco que viajaba a países socialistas y aceptaba becas comunistas con la misma ingenuidad con que fue supuestamente engañado para enrolarse en una guerrilla.

La befa de Rodolfo Hinostroza no es aceptable ni por el más burdo sentido común. Nadie se enrola en una guerrilla para superar sus pánicos o temores. Mucho mejor hubiera sido ingresar a una escuela de box amateur o de lucha libre, a la usanza de la época y de la clase privilegiada. La evolución de Javier Heraud hacia el sacrificio por conquistar la justicia social, su ascensión a redentor de la humanidad, está bastante clara en su poesía y de acuerdo a la evolución gradual de su conciencia. Sacrificio redentor y aproximación a la muerte, son elementos sustanciales de sus poemas.

¿Hacia dónde apunta el artículo de Hinostroza?... Pues a desacralizar al ícono que le hace sombra y dar rienda suelta a su antifidelismo ¿Condena acaso a quienes dispararon a mansalva sobre dos hombres desarmados que iban a la deriva por el río?... ¿Condena a los anticomunistas que azuzaron a la población?... ¿Tal vez acusa a la policía por fomentar la masacre?... No hace ni lo uno ni lo otro. Quien sale sentenciado por Hinostroza es el único culpable según él: Fidel Castro, a quien atribuye frases del Che: "El deber de todo revolucionario es hacer la revolución".

Así que tenemos a un Fidel Castro que cometió el crimen de enrolar jóvenes ingenuos para las guerrillas en América Latina y a un Javier Heraud que se metió de guerrillero para dejar de ser el pituco "grandazo por las huevas". Es evidente la intención liquidadora del articulista. Huelga precisar que Javier Heraud, como Alaín Elías, no fueron abaleados en un enfrentamiento entre guerrilleros y soldados, porque no habían llegado a constituirse en guerrilla. La justicia no investigó ni halló culpables. Eso se le olvidó reclamar a Hinostroza en su articulillo de marras.

La desigualdad social existente en los 60', con una brecha mucho mayor entre ricos y pobres, entre alfabetizados y analfabetos, entre atendidos en hospitales y olvidados a su suerte, no sólo movilizó hombres del pueblo hacia la lucha armada, sino también a hijos de hogares de clase media alta como Javier Heraud. En su tiempo y lugar, le tocó asumirlo a Fidel Castro, joven abogado, privilegiado como pocos, quien renunció a su colección de corbatas de seda italiana, a su docena de ternos ingleses y a su próspero matrimonio con la aritocrática Díaz Balart, para decir como Martí: "con los pobres de la tierra quiero mi suerte echar". Y de esa decisión no siempre se regresa con vida, excepto que tomemos el camino de deserción de Hinostroza, porque como dijo Fidel en 1968: "para no pelear siempre habrán sobrados motivos".

jueves, 20 de mayo de 2010

LA BOHEMIA NARRATIVA DE LA GENERACIÓN 80'

Estuve leyendo en el blog de Gustavo Faverón Patriau http://puenteareo1.blogspot.com acerca de los grupos poéticos, sobresaliendo, entre los esfuerzos colectivos del siglo XX, aquellos que caracterizaron a las vanguardias: dadaísmo, futurismo, surrealismo. Luego su artículo y las opiniones ajenas mencionan experiencias locales de agrupación de poetas, resaltando, entre ellas, la más seria y duradera, Hora Zero, y culminando en Kloaka y Neón. La pregunta pertinente es: ¿qué pasó con la narrativa? Excepto la experiencia del grupo Narración (Oswaldo Reynoso, Miguel Gutiérrez, Roberto Reyes Tarazona, Augusto Higa, Antonio Gálvez Ronceros), parece que el afán colectivista ha sido esquivo con el género.

Aquí debemos responder los narradores. Creo que la última experiencia grupal seria en pleno final del siglo XX, fue protagonizada por los narradores de los 80'. Se constituyó un sólido y numeroso grupo a partir de 1986 y que duró hasta 1992, en donde figuraban, entre otros, Cronwell Jara, Mario Choy, Mario Bellatín, Aída Balta, Mariella Sala, Pilar Dughi, Mario Suárez, Jorge Valenzuela, Percy Pereira, Dante Castro, etc. A las reuniones acudieron narradores que luego se dividieron entre "plenos" o permanentes y "fraternos" o itinerantes. Y así nos visitaban autores tan disímiles como Juan Carlos Mústiga, Luis Nieto Degregori o Guillermo Niño de Guzmán. Contamos con la colaboración desinteresada de nuestros hermanos mayores del grupo Narración, en especial de Oswaldo Reynoso, Miguel Gutiérrez y Roberto Reyes Tarazona.

Nos leíamos, opinábamos, sugeríamos, aprendíamos. El desprendimiento, la colaboración solidaria, la honestidad en la crítica fraterna, fueron características de una agrupación que se negaba a tener denominación e ideario. Esto último fue un defecto de nacimiento, una falla de fábrica que terminaría minando la unidad.


POR QUÉ LOS GRUPOS


Suelen llover críticas muy ácidas contra el comunitarismo, en beneficio del individualismo y de la autonomía del escritor. Estas tres últimas palabras son sumamente atractivas y aparentemente razonables. El escritor tiene la ilusión de ser autónomo, singular, irrepetible e inalienable. Pero muchos se olvidan de que son un producto social, que detrás de ellos hay una cantidad incalculable de esfuerzos humanos ajenos y condensados en esa individualidad que se cree única. Los escritores más fanáticos de la individualidad y autonomía son los más esclavos de las leyes del mercado, de las imposiciones de casas editoriales y promotores de ventas.

Lo cierto es que desde que nos iniciamos con los primeros borradores consultados al maestro favorito y a los amigos y compañeros de estudio, ya estamos colectivizando aquello que se suponía íntimo e individual. Eso mismo hacen los grupos de manera desembozada, manifiesta y organizada. Por lo menos, en un principio, los grupos pueden sistematizar su operatividad influyendo positivamente al sujeto que adhiere a ellos.

El grupo siempre se romperá por el eslabón más débil. El individualismo, la megalomanía, el egoísmo y la envidia profesional, corroen y fragmentan el esfuerzo colectivo. En una sociedad que rinde culto al individualismo y que en su versión neoliberal inculca el repudio a la vida gremial, al colectivismo y organización comunitaria, estos males prosperan naturalmente. Cuando se vislumbra en el horizonte un nuevo amanecer para la humanidad, cuando la vieja sociedad agoniza y la historia padece de dolores de parto, resurge la necesidad de formar agrupaciones y colectivizar la experiencia artística.


QUÉ NOS PASÓ EN LOS 80'


Nuestro hábito de reunión nació en 1986, ya cuando la guerra interna llevaba seis años desangrando al Perú. El grupo, que tenía una finalidad literaria, no podía escindir a la literatura del contexto histórico, haciendo oídos sordos al dolor humano y a la crisis que vivía el país. Nuestras reuniones eran amenas, surtidas de vino y comida, pero muchas de ellas se hacían a la luz de las velas. Apagones, coches bomba, ráfagas a lo lejos, sirenas ululando, operaciones rastrillo, toque de queda, estado de emergencia, etc. , eran el real contexto del paraíso letrado que constituimos. Lo más lógico es que una agrupación de intelectuales se manifieste frente a la barbarie, como lo era en ese momento la abundancia de fosas comunes, estudiantes desaparecidos, matanza de presos, violación sistemática de los derechos humanos.

No podemos negar que en el grupo habían quienes decían como Silvio: "la ciudad se derrumba y yo cantando". El temor a tomar posición definida y la ilusión óptica en un horizonte literario puro que nunca existió, iban cobrando proporciones.

La experiencia de fuego se dio antes del autogolpe de Fujimori y de la fascistización del país. Esa experiencia prima fue la detención del novelista Miguel Gutiérrez, quien nos había brindado su compañía y consejos en reiteradas ocasiones. Uno de nuestros hermanos mayores, del grupo Narración, estaba preso en condiciones de tortura sicológica, y al grupo le correspondía -ahora sí- manifestarse. Publicamos un petitorio de firmas de escritores por la libertad de Miguel Gutiérrez. Pero para lograr que muchos firmasen, hubo resistencias que vencer, egoísmos y cobardías sin nombre. Mejor sería decir: sin parangón, pero con nombres propios.

La polarización al interior del grupo no podía ser entre senderistas y no-senderistas como alguien ha querido caricaturizarla, sino entre quienes tenían la certeza de que caminábamos hacia el totalitarismo y quienes pensaban soterradamente que ese totalitarismo no sólo era inevitable sino "necesario" y hasta "urgente". No fue casual que una narradora de los 80 se asimilara a las fuerzas policiales y brindara sus mejores esfuerzos profesionales en zonas de emergencia.

Cuando el gobierno quedó en manos de una sola persona (y su afamado asesor), la cultura sufrió los embates de la intolerancia y hasta la bohemia literaria del centro de Lima se tornó desértica. El grupo de narradores de la generación 80 tuvo sus últimas reuniones antes del golpe de estado del 5 de abril de 1992. Desde allí, en medio de la diáspora de narradores, nadie del grupo consiguió salvar esa sana costumbre de convocar tertulias literarias.


DE QUÉ SIRVIÓ TODO ESTO


Por una parte debo gratitud a la fábula de los dos amigos y el oso, contada por Esopo y repetida por Fedro y Samaniego. Quizá sería conveniente que Miguel Gutiérrez releea esta aleccionadora fábula. Por otra parte, recordaré con algo de nostalgia la edad de la inocencia literaria. Ya lo hemos dicho anteriormente: nos leímos, nos corregimos, nos ayudamos y hasta nos editamos. Los que trabajábamos en medios de prensa hicimos todo lo posible para comentar en diarios y revistas a los miembros de la generación 80, sean del grupo o no. La relación que sostuvimos con escritores de generaciones anteriores, como los del grupo Narración, constituyó un magisterio gratuito al que no podemos mezquinarle reconocimientos y gratitud. Por último, digo: los grupos sirven para hacernos mejores el uno al otro. Ojalá que las generaciones nuevas, en la narrativa especialmente, hagan algo similar.