Nunca antes ha sido más urgente
usar la dialéctica materialista para analizar y definir los problemas de
organización del sindicato laboral más importante del Perú. El problema tiene
dos lados: analicemos qué errores cometió cada uno y qué intereses hay detrás
de toda propuesta.
Los métodos de negociación con el
Minedu, han sido rebasados por las bases. Extender la huelga ha sido una
necesidad. Se ha hecho urgente conjurar la invisibilidad de los docentes
peruanos a través de medidas de fuerza que implican un acto de presencia masiva
en la capital de la república. De modo que si el CEN del SUTEP conseguía conquistar
derechos en la mesa de negociaciones, eso no era suficiente. Pervive una
necesidad de corporalizarse, humanizarse, visibilizarse, en todos los
escenarios donde la clase trabajadora y sus organizaciones han sido borradas
del subconsciente colectivo. El humillante ninguneo del maestro se practica en
todo el Perú.
La situación del maestro peruano
es desesperante. Si obscena es su pobreza, grosera es la indiferencia del país
ante ella. Para la clase alta, la huelga magisterial es solo una molestia en el
tránsito vial. A la clase media no le interesa la suerte de la escuela pública
y mucho menos le importa la economía hogareña de los docentes. Al maestro se le
pide esfuerzo, dedicación, superación constante, pero los aumentos de salarios
jamás compensan la diferencia entre la canasta básica familiar y el monto que
se les paga. El presupuesto general de la educación no aumenta en el Perú,
porque el ideal supremo que anhela el neoliberalismo es la desaparición de la
escuela pública y la privatización de todo servicio educativo. ¡Qué extraño!...
Lo mismo pasa en el sector salud. Privatizar salud y educación, he ahí su
ansiado horizonte.
Le interesa a los dueños del
poder y a sus especialistas en desmovilización social y microfragmentación
gremial la desaparición de los dos sindicatos fuertes que resistieron el oleaje
fujimorista neoliberal. Eso lo comentó el profesor Augusto Lostanau hace poco.
Al sindicato de Construcción Civil había que neutralizarlo y paralelizarlo
negociando con las bandas de delincuentes que hoy administran las planillas de
trabajadores, imponen cupos y asesinan dirigentes y hasta albañiles de base. No
en vano el gobierno fujimorista mandó asesinar a Pedro Huillca Tecse,
secretario general de Construcción Civil, justo cuando este sindicato empezaba
a oponerse férreamente a la dictadura en 1992. Después la delincuencia organizada
empezó a contaminar las construcciones, sacando fuera del juego al sindicato. Y
quien ha consentido esta paralelización ha sido el estado, principal cómplice
del desborde criminal. Al SUTEP, también debía ocurrirle lo mismo. Pero esta es
una historia más complicada.
No voy a hacer la historia del
SUTEP, pero sí puedo recordarles que fue el sindicato que puso en jaque a la
dictadura militar de Morales Bermúdez en las huelgas de 1978 y 1979
respectivamente. El Partido Comunista del Perú -Patria Roja, fue la fuerza
política que tuvo mayor y abrumadora responsabilidad en la conducción de esas
dos huelgas que prestigiaron al magisterio y lo dotaron de una organicidad
sindical sin precedentes. ¿Hubo más partidos? Por supuesto, en condición
subordinada a la fuerza superior de Patria Roja.
Cuando Patria Roja tuvo un lema y
un objetivo estratégicos, la tarea sindical fue ejecutada por sus militantes
con admirable dedicación al crecimiento en las bases magisteriales. Ese trabajo
de hormiga, base por base, escuela por escuela, maestro por maestro, garantizaron
el crecimiento constante y la hegemonía de Patria Roja. Hubo cuadros que
dedicaron todo su tiempo a la organización: lo que llamamos militantes a tiempo
completo. En décadas posteriores hemos visto que esa mística de trabajo se
perdía poco a poco y era sustituida por un manejo burocrático, al mismo tiempo
que Patria Roja abandonaba sus consignas estratégicas y se aggiornaba a la democracia burguesa.
Pasaron los tiempos, cambiaron
las circunstancias, pero los partidos de izquierda que se descompusieron y
desaparecieron, dejaron exmilitantes en el camino que guardaban rencor y recelo
con la organización que les ganó el protagonismo en el magisterio y en el
movimiento estudiantil. Por ejemplo, los exPCR luego reciclados en el PUM o los
expulsados como Arturo Sánchez Vicente (fue expulsado del SUTEP como “traidor”
tras la huelga de 1978).
Nos llama mucho la atención que
Nicolás Lynch (exPUM) siendo ministro de Educación del gobierno de Alejandro
Toledo, tuviese como asesor a Arturo Sánchez Vicente y al extroskista Pepo Velásquez,
en una gestión ministerial que solo tuvo un objetivo: liquidar el SUTEP. Reiteramos:
ministerio al servicio de un presidente yanqui-sionista, tal como el que ahora
nos gobierna. Sus bajas pasiones podían tolerar un SUTEP fragmentado, con
presencia del PCP-Sendero Luminoso, con Puka Llacta, más apristas y
fujimoristas, todos juntos contra la hegemonía de Patria Roja en el sindicato. En
el famoso Congreso de Huancayo crearon un figurón, un líder con pies de barro,
llamado Huaynalaya. Y todos juntos no tuvieron asco en pernoctar en la Casa del
Pueblo, local del Partido Aprista, adonde entraron codo a codo con Mercedes
Cabanillas. Allí empezó esta historia que hoy se nos presenta como “novedosa”.
¿Sendero Luminoso tiene
responsabilidad en esta cuasi fragmentación sindical? Por supuesto que sí. Tanto
Movadef como Proseguir tienen cuadros en el magisterio, lo cual no está mal.
Pukallacta también existe y ha crecido gracias a los errores de Patria Roja. Lo
que no es correcto es señalar con el dedo, denunciar “terroristas” para que las
fuerzas de seguridad los apresen, porque de otra forma no podemos competir en
elecciones de base con ellos. Patria Roja tiene la suficiente capacidad orgánica,
estructural y económica como para disputarle al PCP-SL las bases que le ha
arrebatado en estos últimos 20 años. La intención de cualquier grupo organizado
que pretenda disputarle a otro la hegemonía en un sindicato, es legítima. Suena
horrible compararlo con la libre competencia del capitalismo, pero nada hay más
similar que eso.
Pues bien, si a Patria Roja se le
acusa de administrar la Derrama Magisterial como un ente financiero
partidarizado, al PCP-SL no podemos desconocerle su eficaz crecimiento
empresarial en materia de educación, con mega-academias pre-universitarias que
bien conoce el público, colegios, instituto pedagógico y finalmente su propia
universidad privada. Esto último también pudo hacer PR pero se durmió en sus
laureles y careció de visión de futuro. Además, ya lo ha demostrado el inefable
Acuña y su UCV: no hay mejor negocio que la educación, incluso para reciclar el
dinero procedente del narcotráfico.
Los maestros requieren de la
unidad sindical. Y no cualquier unidad, sino de una unidad clasista. Esto
parece no interesar mucho a los grupos anarco-infantiles, porque ya está visto
que su principal intención es liquidar políticamente a Patria Roja así destrocen
en el camino al sindicato mismo. Y el oportunismo de derecha no puede ser
combatido por el oportunismo “de izquierda”. Ya el conjunto anti PR está mostrando
sus fisuras y debilidades. También su incapacidad para unificar al magisterio
nacional en una sola organización gremial. Pronto demostrará lo que siempre ha
evidenciado: ser expertos en encender una gigantesca hoguera cuyo resplandor se
agota rápidamente. Y lo peor: no cambiará la situación del docente.
El senderismo daña la imagen del magisterio.
ResponderEliminarPR, debe entender, corregir y ser autocriticos de su direccion en el magisterio, y cerrar filas a los del PCP SL.
ResponderEliminarLos maestros de vocación nada tenemos que ver con violentistas
ResponderEliminarHay que trabajar bajando a bases y desenmascarar a los violentistas, esta huelga hay que tomarla como enseñanza de no descuidar a las bases ni abandonar a los cesantes. UNIDAD SINDICAL para VENCER
ResponderEliminarPatria Roja ante el avance de las bases no supo ponerse a la vanguardia de la presente Huelga Nacional donde por la acción directa de las masas en los SUTEPs provinciales y distritales del Perú profundo, incluso en Ica y San Martín, cuna de Patria Roja, han sido desaforados por maestros de base no partidarizados y nunca antes visto el Ministro del Interior a través del Procurador del MININTER ha denunciado al Ministerio Público a los miembros del Comité de Lucha por "extorsión al CEN del SUTEP", un gobierno de derecha defendiendo la cúpula a quien debemos arrancar derechos, ironías de la desesperación de los eternos dirigentes militantes de Patria Roja.
ResponderEliminarcuando pierdan el control sindical venderan la derrama a cualquier banco....
ResponderEliminarLos maestros luchamos por los justos derechos ganados y por la educación peruana de nuestros futuros cuidadnos que , además el Estado tiene con nosotros una deuda histórica y los dirigentes del CEN nada han hecho hasta ahora lo peor como puede negar esta huelga aduciendo que es sólo 30% de profesores,que no fue organizada,así patria roja se ha puesto la soga al cuello quiere enquistarse en la DERRAMA ahora cada escuela cada docente es consciente de estos hechos de la banda de patria roja y somos maestros de vocación y no de estos grupos que dice el ministro Basombrio y pedirá disculpas públicas por ese tipo de adjetivo o sea el que reclame un derecho es revoltoso ,etc,etc por favor leer bien la constitución la huelga es un derecho de los trabajadores de cualquier sindicato o gremio.
ResponderEliminarLamentablemente, la derecha con sus viejas estrategias, mantiene divididos al gremio de "pequeño burgueses" agrupados en distintos sindicatos que se reclaman SUTE, se han prestado el nombre y dícense "clasistas", no sabemos de qué clase, pero sí sabemos que aspirantes a ser burgueses auténticos y gozar del neoliberalismo e hipócritamente lo combaten con palabras. A estos clasistas y especialmente los violentistas, en la práctica, abandonando a sus alumnos (nos referimos a la mente vacía de los niños y jóvenes, ellos no son papas, camotes, o caulquier animal a quien se puede abandonar a a su suerte) labran el terreno y lo hace fértirl para que el capitalismo y el mundo buergués se haga una clase eterna.
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