jueves, 15 de marzo de 2012
EL RÉGIMEN FASCISTA DE OLLANTA HUMALA
A estas alturas de la historia, nadie puede jugarse el pellejo por el gobierno de Ollanta Humala. Decimos: nadie inteligente en el campo de la izquierda. El actual presidente de la república empezó mal su gobierno militarizando el conflicto socio-ambiental de Cajamarca. Cuando el pueblo dijo: CONGA NO VA, Ollanta respondió con nutrido envío de tropas; ahora lo hace con detenciones arbitrarias de dirigentes populares, como Wilfredo Saavedra y otros líderes cajamarquinos, y la matanza indiscriminada de manifestantes en Puerto Maldonado.
Muchos dicen que la definición del gobernante Ollanta viró hacia la derecha, hacia la patronal, hacia las empresas transnacionales mineras y los terratenientes nacionales de nuevo cuño: Wong, Gloria, Oviedo, etc. Aceptar esto significa que el hoy gobernante Ollanta Humala “fue de izquierda”, lo cual sería igual a una alucinación por intoxicación con sicotrópicos. Los alucinados abundaron en la etapa electoral del 2006 y repitieron la dosis el 2010. Creían que el triunfo electoral de Ollanta Humala vendría a agregar un eslabón más en la cadena de gobiernos patrióticos, con Hugo Chávez, Rafael Correa y Evo Morales. Sospechamos que reformistas, revisionistas y utopistas ya despertaron del sueño de opio.
Los cuadros del reformismo de izquierda fueron purgados del gabinete ministerial en los primeros meses de gobierno. Ollanta se sacó un as debajo de la manga e impuso a otro militar, como él, en el cargo de premier. La derecha y el fuji-aprismo, que antes temían al supuesto candidato “chavista”, aprendieron a aplaudirlo. La campaña mediática anti-Ollanta cambió de direccionalidad y se convirtió en pro-Ollanta. El Gran Cambio prometido por el nacionalismo burgués ha sorprendido a todos, pues su presidente no es más que un empleado de la empresa minera Yanacocha y sigue siendo el militar antisubversivo de Madre Mía.
POLÍTICA CARCELARIA DEL NACIONALISMO BURGUÉS
Ollanta Humala Tasso gobierna contra el pueblo, pero en política penitenciaria se evidencia cuál es el carácter fascista de su régimen. En primer lugar, todo nacionalismo burgués preñado de idearios étnicos es idéntico al fascismo. En segundo lugar, toda propuesta de alianza entre explotadores y explotados, en nombre de supuestos intereses étnico-nacionales, también lo es. En tercer lugar, ambos discursos en boca de militares que han luchado en la guerra antisubversiva, sólo hace más evidente la verdadera filiación de los hermanos Humala, anverso y reverso de la misma medalla.
La política carcelaria en el Perú, no ha cambiado con Ollanta. Es la continuación del régimen infra humano impuesto por la dictadura de Fujimori y Montesinos en los 90’ y que heredaron sin chistar los siguientes gobiernos “democráticos”. Hay un régimen especial sin visitas y sin beneficios penitenciarios en la cárcel ilegal de la Base Naval del Callao. Allí están entre otros Abimael Guzmán Reinoso, Víctor Polay Campos, Vladimiro Montesinos, etc. Ollanta lo asumió como vana herencia del pasado sin enmendar el vacío jurídico anticonstitucional de ése régimen carcelario.
También asumió como herencia la cárcel dorada para el ex dictador Alberto Fujimori. Estuvo tentado a indultarlo y así ganar el beneplácito de los fujimoristas en el parlamento. Lo ha logrado: Kenyi Fujimori hoy alaba la gestión del presidente Humala. Pero no heredó un régimen especial para su propio hermano Antauro Humala: lo creó intencionalmente a vista y paciencia de la opinión pública. Así tenemos cárceles doradas para el ex dictador y para el hermano del actual mandatario. La igualdad de los ciudadanos ante la ley es un mal chiste contenido en toda Constitución.
PRISIÓN Y MUERTE PARA UNOS, ABSOLUCIÓN PARA OTROS
Veamos un caso emblemático: Jaime Ramírez Pedraza, preso en la cárcel de Castro Castro, padece una rara enfermedad que conforme pasan los días, semanas y meses le va paralizando músculos, tendones y articulaciones. En este momento tiene grandes dificultades para deglutir alimentos y pasar saliva o agua por su garganta. Esta enfermedad es incurable, pero el tratamiento adecuado puede hacerla más soportable. Pues bien, al gobernante Ollanta Humala no le ha dado la gana de otorgar el indulto humanitario para Ramírez Pedraza. Últimamente ya han muerto tres presos que merecían el indulto humanitario, dos políticos y uno común.
Entre las inmundicias que ha heredado el gobierno de Ollanta Humala están inhumanos decretos dictados por Alan García, que criminalizan la protesta social y autorizan a policías y militares a matar manifestantes con total impunidad. Como bien sabe el lector, Ollanta no ha derogado estos decretos de matonaje estatal. Otra inmundicia reciclada por Ollanta Humala es aquella legislación alanista que quita beneficios penitenciarios a reos en cárcel acusados o sentenciados por “terrorismo”.
Paralelamente Ollanta Humala está cumpliendo con el juramento hecho a sus compañeros de armas y de delitos de lesa humanidad: “cese ya la persecución a los militares que lucharon contra la subversión”, eso dijo en su campaña de 2006, al tiempo en que hacía un pacto solidario con Alan García para no polemizar en campaña sobre el tema de los derechos humanos (ambos son violadores). Fíjese el lector qué casos de violación de derechos humanos se están cerrando por falta de pruebas (Parcco-Pomatambo por ejemplo) y cuántos militares son y serán absueltos bajo el mandato del “Capitán Carlos”.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario