viernes, 26 de octubre de 2012


LA PARADA DE LA VILLARÁN
Hemos visto horrorizados las imágenes de los luctuosos enfrentamientos en La Parada. La policía fue desbordada y derrotada por una muchedumbre, pero sólo nos explican que son elementos del lumpen y delincuentes comunes al servicio de los principales interesados: comerciantes inescrupulosos, mafias que se resisten a la reubicación, etc. Esta explicación es insuficiente.

Los delincuentes que pueden ser contratados o movilizados por los comerciantes, están lejos, numéricamente, de constituir la muchedumbre que atacó a la policía. Por supuesto los hubo, entreverados en la masa enardecida y aprovechando la ocasión. Pero, ¿quiénes más estuvieron allí dispuestos a matar o morir por la permanencia de La Parada?

Alrededor de los grandes negocios de prósperos comerciantes, se teje una extensa red de intercambios que involucran a muchas personas y familias. Estas personas viven en los alrededores de La Parada y han constituido sus diversos sistemas de vida en torno a ella. En esa galaxia de constelaciones de intereses económicos, tenemos a pequeños comerciantes, vendedores ambulantes, reducidores, recicladores, estibadores, trabajadores, guachimanes y… ladrones, asaltantes, proxenetas, traficantes de drogas y alcohol barato, etc. Los ricos pueden aceptar mudarse a Santa Anita, pero los pobres y marginales no. Y los marginales, cuando se rebelan, terminan saqueando los negocios de quienes más tienen.

Entonces, más allá del ordenamiento que legítimamente intenta imponer el municipio para terminar con el caos (algo que ningún alcalde anterior quiso tocar), hay un problema social que el equipo de Susana Villarán no entendió o no tuvo interés en investigar. Se supone que es necesario investigar para trazar una estrategia eficaz y prever las consecuencias. Significa conocer esa realidad para anticiparse al riesgo y al impacto social de una medida. Tampoco lo hizo el servicio de inteligencia de la Policía Nacional (PNP).

Los caviares están muy lejos del pueblo. Si durante 30 años lucraron de proyectos en las ONG y miraron con telescopio las estrategias de supervivencia de los migrantes, no pueden hoy entender qué pasó en La Parada. Carecen de tácticas de publicidad que sí tienen sus opositores. Y así como cada partido de gobierno coloca a sus favoritos en puestos de trabajo con jugosos sueldos, los caviares contratan a otros caviares, sea por recomendaciones o vínculos familiares.  No por sus méritos. De ahí podemos explicarnos la incapacidad, la falta de criterio, la irresponsabilidad de funcionarios que gozan de la confianza de una alcaldesa que no tiene facultades de liderazgo.

La Policía Nacional se ha mostrado incompetente. Los hemos visto antes hacer prodigios de movilización y concentración de fuerzas contra el pueblo organizado. Pero, ¿no estará esta “casual” incompetencia ligada a los intereses de quienes promueven la revocatoria? ¿Enmudecieron sus agentes de inteligencia? Entendemos que la policía no  fue a desalojar sino a “acompañar” a la colocación de bloques de cemento para cercar la zona y garantizar el cumplimiento de una ordenanza. Entendemos que ello no tenía que coordinarse con la fiscalía. Pero si se nos dice que la acción fue coordinada, con anticipación, entre la Policía y la Municipalidad, ya sabemos por dónde se pudre el asunto. El alto mando de la PNP sabía la fecha en que se colocarían los bloques y que coincidía con la ausencia de la alcaldesa. Entonces pudo alertar a los artífices de la revocatoria y a la muchedumbre que vive de La Parada, porque nunca más tendrían una oportunidad así.

La aplanadora mediática de conciencias hace tiempo funciona contra la alcaldesa Villarán. Ella, no quiso tener un equipo de contraofensiva mediática. El voto de izquierda la puso en el gobierno municipal. Pero apenas tuvo la ocasión, deslindó con la izquierda, se declaró antichavista y antifidelista. Mientras tanto, sus opositores (que sí están unidos) han hecho coincidir la rebelión de los marginales, su ausencia del país y la entrega al Jurado Nacional de Elecciones (JNE) del último lote de firmas a favor de la revocatoria. Hasta este momento, se contabilizan dos muertos por los sucesos de La Parada. Siguen los saqueos, la gente del cerro se moviliza nuevamente y el presidente Humala no se pronuncia. Una vez más tendremos que apoyar a la elegida por el pueblo, pero no podemos tapar el sol con un dedo.

2 comentarios:

  1. Estimado Dante, el sol se ha tapado con muchísmos dedos. El más grande de todos pertenece a los medios de comunicación. El presidente ya se pronució. Y lo que ha dicho es penoso. Pide respeto a la policía. ¿cómo se puede pedir respeto a alguien que hace tiempo lo ha perdido? porque esos hombres que golpearon al policía, no lo golpearon a él como persona sino a la institución. Y lo peor de Ollanta es que no se pronuncia sobre los pobres que no podrán ir a Santa Anita. Sencillamente se les ha ignorado. Mal presidente, incompetente alcaldesa.

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  2. Y nosotros, atrapados y sin más salida que oponernos a la revocación. ¿Otra vez nos toca elegir entre la farsa de ultraderecha y el mal menor?

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