martes, 29 de noviembre de 2016


Dicen que yace un cuerpo en La Habana
Donde cabe todo el rumor de todas las tormentas del universo
Un cuerpo es un resplandor fugaz del firmamento
Un cuerpo dura menos que un siglo
Y puede contener las cuatro estaciones
Los cuatro elementos de la naturaleza
Y dirigirse a los cuatro puntos cardinales
Con la frente en alto o mirando el piso
Un cuerpo puede vivir con dignidad
O renunciar a ella
Todo está en la elección que haga
La parte más importante de ese cuerpo
Un cuerpo necesita de una conciencia
Suprema decisión, extrema voluntad organizada
Que moviliza neuronas, nervios, músculos y osamenta
El cuerpo es perecible, corrompible, mutable, finito
Pero la conciencia puede sobrevivir
A esa estructura que sirvió de ejecutora
Hasta el momento de la fatiga y el desfallecimiento
Una conciencia que sobrevive a ese cuerpo
Puede multiplicar panes y peces
Puede partir el mar para que pasen muchedumbres
Puede resucitar de entre los muertos
Y no elevarse al cielo porque aquí se queda
Anidando en otras conciencias terrenales
Así es como ha muerto el cuerpo del comandante
No lo duden los que fueron, los que son, los que vendrán
Fidel ha muerto de vida y no de tiempo, diría un poeta
Al cual amó como se ama el redoble de los tambores
Que acompañan a quienes marchan al último sacrificio
Ha muerto esa imponente corporeidad que desafió a los poderosos
No ha muerto la conciencia colectiva que generó el ejemplo
Y digo Girón cuando digo Fidel
Y digo Martí cuando digo Fidel
Y digo mártires cubanos en Angola
En Etiopía, en Mozambique, en Bolivia
Cuando digo Fidel
Porque cuando digo Fidel sé que digo algo más que revolución
He decretado desde mi humilde hoja la inmortalidad de los justos
¡Hasta siempre, comandante!
...........................................................(Dante Castro)