sábado, 4 de febrero de 2012

EX DICTADOR MORALES BERMUDEZ DEBE SER JUZGADO AHORA


La derecha y los sectores conservadores no sólo persisten en llamar “expresidente” al exdictador Fujimori, sino que recuerdan con rendida gratitud a quien salvó sus intereses de la “catástrofe comunista” durante la segunda mitad de la década del 70’: el tiránico general Francisco Morales Bermúdez. ¿Qué más le agradecen?... Supuestamente, para quienes tienen una lectura distorsionada de nuestra historia, Morales Bermúdez habría devuelto el poder a la civilidad, convocando primero a una Asamblea Constituyente (1978-79) y luego a las elecciones presidenciales de 1980. Pero la verdad es otra: el general FMB fue expulsado del poder por presión de las luchas sociales en ascenso que pusieron en jaque al régimen castrense. Este proceso iniciado con el gran Paro Nacional del 19 de julio de 1977, al cual se sumaron las huelgas nacionales indefinidas del SUTEP y CENTROMIN, vino acompañado del aumento del caudal de votos para partidos de izquierda, de una maduración creciente de la conciencia popular y de un desarrollo de la acción directa de masas. El Perú se hizo ingobernable para el dictador y tuvo que apostar por la salida democrática de la mano de las fuerzas más anticomunistas (APRA-PPC) e integrándose al Plan Cóndor, monstruosa estrategia diseñada por el Pentágono yanqui para los dictadores de América del Sur. Hoy se pide la extradición del exdictador, pero el Congreso se ha opuesto rotundamente. Morales Bermúdez niega que el Perú estuvo integrado al Plan Cóndor, pero aquí brindamos algunas señales que lo desmienten.

EL PLAN CÓNDOR.-

Fue una estrategia antisubversiva continental basada en la coordinación de las dictaduras militares sudamericanas para “frenar el avance del comunismo” y perseguir, secuestrar, asesinar a opositores políticos durante las décadas de 1970 y 1980. Los dictadores sudamericanos contaron para este tipo de asistencia recíproca con la protección del gobierno norteamericano, de la CIA y del FBI. Igualmente contaron con asesoramiento del sionismo israelí.

Como muestra ofrecemos un recuento de víctimas chilenas después de la caída de Salvador Allende, derrocado por el golpe militar del general Augusto Pinochet en 1973. En septiembre de 1974 es asesinado en Buenos Aires, el general Carlos Prats, ex comandante en jefe del ejército chileno: agentes de la DINA chilenos se movilizaron a Buenos Aires y contaron con la colaboración argentina. En 1975 en Italia intentan matar a Bernardo Leighton, alto dirigente del partido Demócrata Cristiano chileno, exiliado en Roma. En 1976 estrategas de la Operación Cóndor facilitan la coordinación chileno-paraguaya para llevar un equipo de asesinos a Washington y matar al ex canciller chileno Orlando Letelier. Este crimen también fue coordinado con agentes anticomunistas cubanos-norteamericanos.

EL CASO MAGUID.-

Carlos Maguid era un ciudadano argentino residente en el Perú, acusado de participar en el secuestro del general Aramburú (ex dictador argentino), pero fue amnistiado por el presidente Cámpora. Vivía aquí exiliado al margen de la política. El martes 12 de abril de 1977, a las 11 am, Maguid salió de su casa ubicada entre las avenidas Javier Prado y Petit Thouars (San Isidro), pero fue secuestrado por militares peruanos. Entre los plagiadores se identificó a José de Vivero, Julio Vargas Martínez, Daniel Bravo Castrillón y Héctor Matta Rosingana. Maguid fue entregado posteriormente a militares argentinos que lo sacaron clandestinamente del Perú, vía Bolivia, hasta la Argentina, donde fue conducido a la Escuela Mecánica de la Marina, famoso centro de torturas, del cual desapareció misteriosamente en 1979.

El secuestro de Maguid se produjo cuando era ministro del Interior el general Luis Cisneros Vizquerra, apodado “El Gaucho” por haber cursado estudios militares en Argentina. El jefe del Servicio de Inteligencia del Ejército era el general Fernando Velit Sabatini, luego ministro del Interior, condecorado por la embajada argentina después de la desaparición de Maguid.

DEPORTADOS PERUANOS A LAS PRISIONES DE VIDELA.-

El 25 de mayo de 1978 quince ciudadanos peruanos fueron deportados la Argentina y encerrados en cárceles militares. Como se sabe, el dictador argentino Rafael Videla solía torturar, asesinar y desaparecer subversivos en cumplimiento del Plan Cóndor. A su vez cientos de estudiantes peruanos fueron expulsados de Argentina y algunos, con menor fortuna, desaparecieron después de ser capturados por paramilitares.
Entre los deportados a la cárcel de Jujuy, bajo la dictadura de Videla, recordamos a los civiles Ricardo Letts, Javier Diez Canseco, Hugo Blanco, Ricardo Napurí, Genaro Ledesma, Ricardo Díaz Chávez, Humberto Damonte, Justiniano Apaza, Valentín Pacho; como también a los militares y marinos: Eloy Villacrez, Guillermo Faura y José Arce Larco. Para matizar la “unidad ideológica” del grupo, la dictadura de Morales Bermúdez incluyó al periodista de ultra derecha Alfonso Baella Tuesta.

El martes 13 de junio de 1978, estos deportados peruanos salieron de Argentina con diferentes destinos. Luego retornarían al Perú gracias a la presión de sus respectivas agrupaciones políticas y a las luchas que arrinconaban a la dictadura militar.

MONTONEROS ARGENTINOS SECUESTRADOS Y ASESINADOS EN LIMA.-

Quien lea el libro “Muerte en el Pentagonito” de Ricardo Uceda, se dará con un capítulo ilustrativo acerca de la intromisión de paramilitares argentinos en el Perú y el secuestro de activistas montoneros bajo el gobierno de Morales Bermúdez.

El día 12 de junio de 1980, cercano a entregar el poder a la civilidad, el dictador Francisco Morales Bermúdez permitió que militares argentinos, con la complicidad de sus colegas locales, secuestraran a cinco ciudadanos de esa nacionalidad, entre los que recordamos a Inés Santos de Acabal, Julio César Ramírez y Esther Gianotti de Molfino, que fueron plagiados en sus viviendas de Miraflores a plena luz del día. El día 13 desaparecieron dos personas más entre las que se cuenta al hijo de Esther Gianotti. La señora Gianotti apareció asesinada y enterrada en España, pero por más que se formó una comisión investigadora en el parlamento peruano, el gobierno de Belaúnde Terry encubrió las responsabilidades de Ritcher, del "gaucho" Cisneros y Francisco Morales Bermúdez. Eso sí, viajaron y cobraron por "investigar".

LA MISMA ESCUELA, CASI LAS MISMAS PALABRAS.-

La “doctrina Harguindeguy” (ministro del interior de Videla) demandaba: “es mejor que mueran cien inocentes antes que escape un culpable”. De forma similar la doctrina contra- insurgente del “gaucho”, Gral. Luis Cisneros Vizquerra, dice: “Para que las fuerzas policiales puedan tener éxito tendrían que comenzara a matar senderistas y no senderistas, porque es la única forma como podrían asegurarse del éxito. Matan 60 personas y a lo mejor ahí hay 3 senderistas… y seguramente la policía dirá que los 60 eran senderistas” (Revista QUEHACER, Desco, N° 20, p. 60. Lima, enero 1983).

LA RECIPROCIDAD ENTRE HOMÓLOGOS CASTRENSES.-

El 2 de abril de 1982 la dictadura militar argentina liderada por Galtieri decidió invadir las islas Malvinas para recuperarlas de manos británicas. El mismo día el gobierno peruano de Fernando Belaunde Terry respaldó en las Naciones Unidas los petitorios de descolonización de las islas que reclamaban los argentinos. En síntesis, el Perú respaldaba la posición argentina y hacía votos por una solución pacífica. Pero el 10 de abril, el general Luis Cisneros Vizquerra reiteró que el Perú apoyaría a Argentina en caso de una agresión inglesa, aclarando que esta decisión le correspondería al Presidente y al Congreso. Lo cierto es que las fuerzas armadas peruanas, en ese lapso post dictadura militar, conservaban un margen de acción que les permitía actuar por encima de una democracia inmadura. Fue así como contribuyeron con materiales de guerra, pertrechos y personal militar a las fuerzas armadas argentinas en pleno conflicto.

NO OLVIDAMOS, NO PERDONAMOS.-

El expresidente Alejandro Toledo ha salido a reivindicar a su amigo de tragos Francisco Morales Bermúdez Cerruti, a quien exhibía en sus mítines como un “paladín de la democracia”. Nosotros recordamos al dictador que impuso estados de emergencia, mortíferos toques de queda, represión sin límites, asesinatos, secuestros, torturas y deportaciones. Todo ello en coordinación con sus socios continentales, subordinándose a la estrategia de EEUU en plena guerra fría. No hubo una Comisión de la Verdad para juzgar a los militares que tomaron el poder por las armas y violaron todos los derechos. Es el momento de juzgar a Morales Bermúdez, quien ahora alega razones de edad y de salud para eludir a la justicia.