jueves, 14 de octubre de 2010

LA FIESTA DEL NOBEL Y EL INTELECTUAL CAMALEÓNICO


El intelectual camaleónico es una especie que abunda en el desigual y combinado mundo literario peruano. Podemos trazar un paralelo con la fatal herencia de las castas entreguistas y colaboracionistas que se aliaron al conquistador español con tal de conservar sus privilegios. Desde Felipillo hasta Pumacahua, la condición de supervivencia era demostrar lealtad al opresor. No en vano Túpac Amaru II tuvo que batallar contra ejércitos indígenas y curacas “de pura sangre” que lo acusaban por ser mestizo y haber conspirado contra el Rey.

También existieron criollos que bajo la invasión chilena se pusieron del lado de la "paz sin condiciones", con tal que la guerra de resistencia no comprometiera sus intereses. La doble faz, el doble discurso, fueron extraños símiles de cordura y ponderación, frente a los desvaríos de exaltados y radicales maximalistas. Quien optaba por sobrevivir de rodillas era considerado "más inteligente" que aquel que prefería morir de pie. Esa dicotomía recurrente en nuestras guerras, también se manifiesta en la batalla de ideas y en el farragoso terreno de la producción intelectual.

Mario Vargas Llosa ha ganado recientemente el Premio Nobel de Literatura y no podemos negarle el derecho a la alegría a quienes siempre comulgaron con sus ideas. Los reaccionarios, los neoliberales, los capitalistas y sus acólitos de todas clases, tienen porqué vitorearlo. También hombres y mujeres de buena fe que no están en la obligación de abrazar la causa socialista y sólo obedecen a su gusto literario. Lo sorprendente es que aquellos que hasta hace poco decían combatirlo, ahora hacen un ominoso paréntesis en sus críticas para reconocer "honestamente" el triunfo de un intelectual orgánico del capitalismo salvaje. Esta actitud camaleónica nada tiene de consecuente y mucho de interesada.

ANÉCDOTAS A PESAR DE LOS PROTAGONISTAS

Llego a un punto en que las anécdotas personales sirven de ilustración. Perdónenme los enemigos de autos confesionales, pero incluso los más pequeños e insignificantes, tenemos algo qué contar.

Recuerdo una tarde en La Habana, 1992, cuando compartíamos la mesa del Hotel Presidente, en El Vedado, con el español vallejiano, Julio Vélez. Además de Julio, estaba allí un connotado compatriota y hombre de letras. La conversación derivó al tema del V° Centenario del descubrimiento de América, llamado eufemísticamente "encuentro de dos culturas". Y dije: ¿cuál encuentro?... ¡Encontronazo!... ¿Qué tenemos que celebrar?

Julio Vélez perdió la compostura y sus aires de “progresista amigo de Cuba”. Argumentó que los imperios prehispánicos habían sido tanto o más asesinos que los conquistadores españoles. Bajo tal supuesto, la conquista no fue el inicio de una larga opresión, sino una liberación de la barbarie y una empresa civilizadora. Mi paisano y gran poeta de “izquierda moderada”, manifestó su concordancia con Vélez. Fue incluso más convincente en su justificación del genocidio hispano. Terminaron hermanados y yo, como simple testigo de una conciliación prostibularia. Pocos años después, este dilecto poeta de “izquierda responsable”, derivó en funcionario de la dictadura fujimontesinista.

El 2008 vino por estas tierras Roland Forgues. Se presentó en auditorios y absolvió entrevistas para demostrar que José Carlos Mariátegui fue “trotskista”. Sus entrevistadores celebraban la ocurrencia, como sus anfitriones académicos. Me propuse darle caza y aclarar el error. Conseguí localizarlo en el bar-café miraflorino “Haití”. Estaba allí sentado, más gordo que la vez anterior, acompañado de un conocido amigo narrador. Abordé la mesa, me senté sin ser invitado e inicié la polémica. Los aires de autosuficiencia de Forgues eran insoportables: decía que él sí había leído a Mariátegui, como nadie lo había hecho hasta entonces y que muy poca gente estaría en capacidad de refutarlo. La verdad es que Forgues no tenía solvencia intelectual para interpretar a Mariátegui, como se lo dije; su lectura era epidérmica, pero mi paisano narrador lo apoyaba dándole extrema credibilidad. El extranjero siempre tiene la razón. Saqué de mi alforja “Figuras y aspectos de la vida mundial”, donde el Amauta afirma: “ el trotskismo sabe de un radicalismo teórico que no logra condensarse en fórmulas concretas y precisas, En este terreno, Stalin y la mayoría, junto con la responsabilidad de la administración, poseen un sentido más real de las posibilidades”. Con tres o cuatro citas más, quedó destruido el dislate. Forgues se descompuso y mi colega peruano guardó pudoroso silencio. Forgues se golpeaba el pecho con la palma de la mano diciendo: “yo sí entiendo a Mariátegui, a mí nadie me discute sobre Mariátegui”.

-Roland, ¿quién eres tú para enseñarnos a los peruanos cómo leer a Mariátegui?-. le pregunté.

Pero él ya estaba sacando un grueso fajo de billetes para pagar las cervezas de los tres. Y me opuse: “Roland, mi cerveza, me la pago yo. Guarda tu dinero”.

Cuando nos despedimos, Forgues estaba contrariado y mi colega limeño, muy nervioso, dubitaba entre lo correcto y lo oportuno. Esfumándose la robusta silueta de Forgues, nuestro buen narrador me dijo en tono confidencial: “Bien hecho que no le hayas permitido pagar tus tragos; le diste una lección”.

No hay espacio para más anécdotas. Lo concreto es que muchos de nuestros intelectuales consagrados están dispuestos a darle la razón a quien no la tiene, incluso contra sus propias y más públicas convicciones, con tal de quedar bien y ganarse los beneficios de sus disidencias: viajes, invitaciones, conferencias, estadías, antologías, publicaciones, todo pagado con la gentileza de quienes adulan en forma contra natura. El oportunismo es su divisa.

Me viene a la mente la “tesis” de un connotado y brillante escritor, que se precia de “comunista” y hasta de “maoísta”, cuando defendió ante un discreto auditorio su amistad con el historiador Pablo Macera, antes izquierdista y después funcionario incondicional de la dictadura de Fujimori. “Oiga maestro, -le dije- mientras estábamos muchos de nosotros en la cárcel o en el destierro, su amigo legitimaba a la dictadura y viajaba con el tirano en el avión presidencial”. Respondió: “Tú no sabes lo que es tener más de setenta años y vivir en la pobreza”. Le contesté con un verso de Benedetti: “una cosa es morirse de dolor y otra es morirse de vergüenza”. Y no diré más…

Ahora, frente al Premio Nobel de MVLL, la actitud en varios radicales de ayer y centrados razonables de hoy, no es distinta. A Vargas Llosa no le gustan estas actitudes de doble faz y las ha denunciado en varios escritos, por ejemplo con el amargado juicio que hace a Antonio Cornejo Polar y a Julio Ramón Ribeyro, en “El pez en el agua”. Con una mano, dizque lo negaban. Con otra, dizque lo adulaban o se justificaban “por las circunstancias”. No le otorgo el privilegio de la certeza ni considero neutra la voluntad testimonial de MVLL, porque admiro a Cornejo Polar y con mayor motivo a Ribeyro, pero quiero dejar en claro la posición del autor de “Historia de Mayta”.

EL ESCRITOR ES INDIVISIBLE

A Vargas Llosa no le gusta que dividan su labor de creador y su pensamiento político. Eso mismo ha exigido su hijo Álvaro ante la prensa: la indivisibilidad del sujeto que hace literatura con sus convicciones ideológicas. Mariátegui, decía: “El espíritu del hombre es indivisible; y no me duelo de esta fatalidad, sino, por el contrario, la reconozco como una necesidad de plenitud y de coherencia. Declaro sin escrúpulo que traigo a la exégesis literaria todas mis pasiones e ideas políticas” (7E). Esta cita coincide maravillosamente con la teoría de los demonios del escritor, de Mario Vargas Llosa.

Pero los camaleónicos reiteran que una cosa es el brillante escritor de novelas y otra es el político derechista. Ésta es una pose insostenible. Poetas y escritores “progresistas”, cortesanos de la embajada de Cuba y amigos de la Casa de las Américas, pasan por alto los ataques de Vargas Llosa a Cuba, a la Nicaragua de Ortega, a la Venezuela bolivariana de Chávez y a la Bolivia de Evo Morales, sabiendo mejor que nadie, que los contenidos de sus novelas –en su segunda etapa- tienen ése mismo objetivo antiprogresista, anti izquierdista, anti indigenista, etc.

Álvaro Vargas Llosa, en la misma línea de su padre, no dudó en insultarlos con “El perfecto idiota latinoamericano”. Considero injusta esta obra de Álvaro, hecha a seis manos con Plinio Apuleyo Mendoza y el militante anticastrista Alberto Montaner (CIA). ¿Por qué no fue contestada por quienes tenían esa obligación desde la misma generación que participó en la batalla de ideas de la guerra fría?... La respuesta antelada está en “El pez en el agua” de Mario padre. Buscad y encontraréis.

Otra especie malsana flota en el aire: todo aquel que se atreva a cuestionar al laureado escritor, es tildado, desde hace tres décadas, como “envidioso”. Dice MVLL que el Perú es un país en donde el éxito no se perdona. Y no le falta razón, pero no todos los que cuestionan al novelista están contaminados por el pecado capital de la envidia. Hay quienes tienen convicciones firmes; son pocos, pero son; no importa si les cuesta el ostracismo intelectual o el desempleo. El deslinde en materia política tiene que ser objetivo para ser valedero. Pero con mano firme, sin temor a ser estigmatizado con un epíteto que ya es vulgar lugar común.

La última respuesta, aquella que MVLL deja traslucir entre líneas, es que algunos intelectuales “progresistas” no pueden perderse la oportunidad de compartir, mínimamente, el éxito del supuesto enemigo. ¿Cuán sinceros son estos “honestos” reconocimientos?

Vargas Llosa es un intelectual orgánico de su causa política. Parafraseando a contrario sensu a Vallejo: milita y escribe simultáneamente. Pero si el intelectual revolucionario, según Vallejo, es aquel que escribe y milita simultáneamente (Ver: “El arte y la revolución”) el escritor izquierdista tiene que deslindar de manera clara con la otra orilla. Las concesiones indecorosas con quien lidera mundialmente la internacional reaccionaria del pensamiento, hay que llamarla por su nombre: política del camaleón quien no quiere perderse las delicias de la fiesta ni quedar mal ante tanta gente que festeja el triunfo.

Como bien dijo Manuel Gonzáles Prada: rompamos el pacto infame de hablar a media voz.

6 comentarios:

  1. Me parece este, un buen intento por lograr entender el tema de las posturas ideológicas de los personajes. "No hay que ver quien escribe, hay que ver la marca de clase de quien escribe", pero... (el eterno pero dialéctico) educamos, cambiamos o modificamos la conciencia. Cambiando a un individuo cambio la sociedad. Creo que la ventaja de generar posturas favorables a un tema está masificada en los medios y mientras no logremos llegar a un extendido grupo, serás el Dante, blandiendo la espada solitaria de un ejército que no existe. Creo que en un afán de evitar se gaste tu apretado tiempo, debemos cambiar la estrategia para convencer, mi querido Dante, el solitario dueño de esos arcanos que por evidentes y perogrullosos, jamás se entenderán.

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  2. Que MVLl se mida con esa vara no obliga a los demás a hacer lo mismo. El rastrerismo de las personas que describes no tiene nada que ver con eso.

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  3. MUY ACERTADO, CARLITROS, PERO NO ES UN SOLITARIO, PORQUE ESE EJERCITO EXISTE Y SE MULTIPLICA Y COMO EL DIA MARTES 12 MARCHAMOS POR EL CENTRO POR LA DEFENSA DEL GAS, COMO EN OTRAS VECES ESE GRAN EJERCITO DE OLVIDADOS LO HACE SIEMPRE CONTRA EL PODER EN LIMA Y PROVINCIAS. Y EL ARTICULO DEL PROFE, EL ANTERIOR QUE YA ESTA PUBLICADO EN INSURGENCIA POPULAR, A SIDO BUEN GANCHO PARA QUE SE VENDAN CIENTOS DE EJEMPLARES. ES UN EJERCITO QUE NO SE LE RECONOCE SU EXISTENCIA EN LOS MEDIOS TAN OCUPADOS DEL FRAUDE MUNICIPAL Y DE LOS MINEROS CHILENOS QUE ¡BIEN POR ELLOS! HAN SIDO RESCATADOS... PERO CUANTOS MINEROS PERUANOS ESTAN METIDOS EN UN SOCABON SIN NADIE QUE LOS RESCATE...EL SILENCIO MEDIATICO HACE INVISIBLES A MILLONES DE PERUANOS QUE NO HACEN NOTICIA NI TITULARES, QUE MARCHAN Y PROTESTAN PERO NO SON NOTICIA. QUE NO SON PERSONAJES MAS QUERIDOS DE LAS BUENAS NOVELAS DE VARGAS LLOSA Y EL "SOLITARIO" (QUE NO LO ES) ASI LO DESTROZEN DEBERÁ DECIR COMO TUPAC KATARI: VOLVERE Y SERE LEGIONES!

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  4. Indudablement no hay nada peor que el doble discurso. Que la palabra disfrazada.
    Cuando algún amigo me pide una opinión sobre Vargas Llosa no puedo ocultar mi distanciamiento con su postura ideológica. Es imposible separar escritor de obra porque, pienso, que el escritor exterioriza su forma ver el mundo en sus obras. No puedo separarlas porque aún está fresca la memoria sobre el Vargas Llosa culpando a los campesinos de Uchuraccay por la matanza a los periodistas.
    Cómo hacer para leer con la mente en blanco. Acaso uno lee liberado de sus pasiones. Yo leo un libro desde mi visión del mundo, desde mi posición frente a ella y en ese lugar Vargas Llosa no tiene espacio.

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  5. Estimado Dante:
    Roland Forgues convocó un Encuentro Internacional que se realizó en Pau-Tarbes (Francia) del 23 al 26 de octubre de 2001 al que concurrieron unos treinta y cinco invitados de América y Europa, con pasajes y alojamiento pagados por el Gobierno Francés, para hablar sobre Mario Vargas Llosa, como escritor, ensayista, ciudadano y político. Como era natural, todos los expositores coincidieron en la canonización del homenajeado, no sólo como escritor, sino sobre todo, como abanderado de la libertad o, por mejor decirlo, del liberalismo económico. El Encuentro era para eso. Roland Forgues concluyó su ofrecimiento del doctorado honoris causa por la Universidad de Pau a Vargas Llosa, como parte del programa, exclamando: “Hemos querido también con esta distinción expresarte toda nuestra amistad y nuestra certidumbre de verte próximamente honrado con el Premio Nobel de Literatura. [...] mi querido Mario, regresarás de aquí para conquistar Estocolmo.” Pero no se lo dieron en seguida. Tuvo que esperar nueve años para que la Academia Sueca se convenciera de que su liberalismo estaba definitivamente asegurado.
    Cordialmente
    Jorge Rendón Vásquez

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  6. Es generalmente aceptado que la literatura describe a los escritores, salvo que tengan muy desarrolladas y avanzadas sus habilidades en la creación de personajes, en función de sus máscaras psiquiátricas. La creación literaria, como es sabido, involucra aspectos de técnica, estilos, tendencias, formas, experiencias etc. El caso de Mario Vargas Llosa involucra estos aspectos, de otro modo su creación no tendría el carácter verosímil requerido en la buena literatura.

    Cuando se encuentra a “escritores” como Dante Castro Arrasco en el escenario de la opinión y crítica literaria, no solo en el espectro ideológico, se viene a la memoria su segundo lugar en el Premio Copé 87, con una muestra de como la ideología parcializada y subjetiva ensucia el creacionismo literario, muchos lectores encontrarían al cuento ÑAKAY PACHA como un exponente de la sutil ideología terrorista hecha literatura, y muchos otros sentirían repulsión leyendo al escritor ensalzando las acciones terroristas.

    Las ideologías al igual que la ciencia y tecnología son partícipes de la mecánica evolucionista humana, si alguien ha sabido manejar estos conceptos en el quehacer literario, es Vargas Llosa, pasando de izquierdista a opositor, consolidando su ideología en la coyuntura de su tiempo, dando con el engaño de los sistemas comunistas hacia las masas, siendo consecuente en sus actos pero evolucionando en el mundo, y actuar en el momento de la coyuntura, denunciar las cosas en su momento, como lo son, con las evidencias en mano.

    Probablemente si Vargas Llosa hubiera creído en la causa terrorista él hubiera cogido las armas, como Mariano Melgar en la causa independentista o los poetas y escritores de la revolución cubana. En cambio Dante Castro Arrasco fue de los que se ocultaron en su literatura, listo para reclamar su parte de la torta en caso triunfo de la revolución y para esconderse en la democracia subjetiva de las libertades, en caso del fracaso. Y ese fue el caso al parecer. Siendo buena muestra no del intelectual pero camaleónico personaje recurrente en la historia peruana.

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